¿Por qué los desastres naturales crean ese sentimiento de unidad?
La empatía y el sentimiento de pertenencia hacen que nos apoyemos unos a otros en los momentos difíciles. Esto no significa que ahora seamos un solo corazón y una sola alma, porque en cualquier momento se puede desatar la lucha por obtener el mejor lugar al sol. Pero, en un primer momento, nos sentimos afectados y queremos hacer algo. Lo podemos comprobar retrocediendo varios siglos en la historia. En la época confesional, las “ofrendas de amor” se repartían en forma de dinero y productos de la tierra entre los hermanos en la fe y posteriormente, con la formación de la nación, entre los conciudadanos de ambos sexos. Como bien se sabe, los inicios de esta fase se remontan al desprendimiento de Goldau, en 1806. El nuevo landammann de Suiza hizo entonces un llamamiento a la solidaridad, y la gente comenzó a intuir que algo había cambiado desde los tiempos de la “Antigua Confederación”.
¿En qué medida la imagen de los Alpes forma parte de la identidad de nuestro país? ¿Ha cambiado esta imagen con el paso del tiempo?
Los primeros indicios de una identidad alpina de la Confederación se remontan al siglo XVI, cuando algunos cronistas empezaron a referirse al “pueblo alpino”, y lo hicieron también por afán de desmarcarse del Sacro Imperio Romano Germánico. Sin embargo, esta identidad no adquirió relevancia hasta finales del siglo XIX, cuando se inauguró el ferrocarril del Gotardo, en 1882. Esa línea ferroviaria era un motivo de orgullo para el nuevo Estado federal y señalaba a todo el mundo (occidental) que Suiza era un país de montañas. Esta imagen se exaltó en las exposiciones nacionales de 1914, en Berna, y de 1939, en Zúrich. Casualmente, ambas exposiciones abrieron sus puertas poco antes de las guerras mundiales, que sumieron al país en una situación difícil. Desde la década de 1960, esta identificación con los Alpes ha ido disminuyendo en la política interna, pero a nivel internacional Suiza sigue siendo considerada un país montañoso.
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