El libro señala que las autoridades suizas podrían haber hecho más por liberar a estas personas. ¿Dejó la Confederación desamparados a los suizos en el extranjero?
Sin duda alguna, las autoridades suizas podrían haber salvado más vidas. Esto ya quedó bastante claro con el informe Bergier sobre el papel de Suiza en la Segunda Guerra Mundial. Y el libro aporta nuevas evidencias. Por ejemplo, yo hubiera esperado una actitud diferente por parte del Consejo Federal de entonces y del enviado suizo en Berlín. Pero también cabe reconocer el valeroso comportamiento del diplomático suizo, Carl Lutz, en Hungría, quien salvó a decenas de miles de judíos húngaros perseguidos.
El Consejo de los Suizos en el Extranjero ya apoyó en 2018 la idea de levantar un monumento para las víctimas suizas de los nazis. ¿Cuál sería el objetivo de tal monumento?
El recuerdo se debe mantener y reforzar. Debemos mirar hacia el pasado para sacar conclusiones para el futuro. También hay que despertar en la gente la conciencia de los peligros que conllevan el racismo, el antisemitismo y la discriminación. En mi opinión, este monumento debería invitarnos a hacer una pausa, a reflexionar y dialogar.
¿Dónde estaría ubicado el monumento y qué forma debería tener?
Debe estar en un lugar público, bien visible, de fácil acceso y digno para este propósito, que refleje también la voluntad política de Suiza de asumir su responsabilidad histórica. Por mi parte, considero que Berna sería una buena opción. Este monumento podría tener diferentes formas, pero habría que estudiarlas bien durante la fase de desarrollo. Un grupo de coordinación integrado por la OSE, el Archivo de Historia Contemporánea de la Escuela Superior Politécnica ETH de Zúrich, organizaciones judías y una experta en monumentos está trabajando en esto. Contrariamente a lo que opinaba inicialmente, se necesita más que una simple placa conmemorativa.
¿Qué mensaje debería transmitir?
Debería conmemorar a todas las víctimas, sobre todo a las víctimas suizas del nacionalsocialismo y del holocausto. Asimismo, me parece que sería conveniente recordar a los suizos que se opusieron al nacionalsocialismo o que ofrecieron refugio y protección a los perseguidos.
¿Quién debe financiar el monumento?
Todavía no se ha tomado una decisión definitiva. Dado que Suiza se ha comprometido, como miembro de la International Holocaust Remembrance Alliance, a mantener vivo el recuerdo del holocausto, creo que le tocaría a la Confederación financiar el proyecto, quizá con el apoyo de los cantones y del municipio en el que se levante.
¿Son necesarias otras iniciativas en relación con este tema?
En vista de la evolución actual de la sociedad y del sector político, además de este monumento es urgente proponer actividades de investigación y educación, un concepto más amplio de información, así como ofertas educativas en los distinto niveles escolares.
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