En una segunda ronda de votación, el pueblo suizo aprobó por estrecho margen la adopción de la identidad electrónica (e-ID). El voto electrónico también podría salir beneficiado. Y en un futuro, es posible que las iniciativas populares también puedan validarse mediante firma electrónica.
Fue una votación de infarto, de las que rara vez se ven en Suiza: apenas un 50,34 % del electorado aprobó, el 28 de septiembre de 2025, la adopción de la identidad electrónica (e-ID). Un número particularmente elevado de estos votos procedió de los suizos residentes en el extranjero: 63,93 % de ellos aprobaron la ley federal que autorizará el uso de la e-ID (véase Panorama 3/25). Sin los votos procedentes del exterior, el resultado habría sido todavía más ajustado, con tan solo el 50,14 % a favor.
No se esperaba un resultado tan reñido, ya que el proyecto contaba con el respaldo de toda la clase política, desde la izquierda hasta la derecha, así como del Consejo Federal y de la mayoría del Parlamento. Tan solo la UDC y la UDF se posicionaron claramente en contra. La oposición considera que la falta de confianza en la política y el Gobierno es el motivo de que se viviera una votación con tanto suspense, a pesar del claro resultado que las encuestas vaticinaban al principio. Los politólogos hablan de un descontento generalizado ante una creciente e imparable digitalización. Según Lukas Golder, del instituto de investigación gfs Bern, las ciudades habrían aprobado la identidad electrónica bajo la presión de la modernización, en tanto que las áreas rurales se habrían mostrado más escépticas.
La Quinta Suiza sale beneficiada
No sorprende que los suizos y suizas del extranjero hayan apoyado la identidad electrónica con mayor determinación que el resto de votantes: gracias a la identidad electrónica, los servicios de las autoridades suizas serán más eficientes y podrán utilizarse independientemente del horario y del lugar. La Quinta Suiza se verá cada vez más beneficiada de las ofertas digitales integrales, incluyendo el voto electrónico que, en un futuro, podría prescindir del correo postal. Los suizos que viven en el extranjero ya no dependerán de la oportuna entrega del código de identificación por parte de los servicios postales. Además, se les facilitará la firma de las iniciativas populares y los referendos en línea, gracias al sistema de recopilación electrónica de firmas (e-collecting).
Como corresponde, la Organización de los Suizos en el Extranjero (OSE) se alegra de este “sí de gran trascendencia para la Quinta Suiza”. Gracias a esta decisión popular, la OSE considera que se ha dado cumplimiento a una de sus principales demandas: “La e-ID aprobada por el pueblo facilita los trámites digitales transfronterizos con las autoridades”, señala su Director Lukas Weber. La OSE confía en que la simplificación de los procesos de identificación también agilice los servicios del sector privado, específicamente de los bancos.
Tras la ajustada votación, el Ministro de Justicia Beat Jans desea ganarse la confianza de quienes votaron en contra del proyecto. Foto Keystone
Alivio en el Gobierno
El Consejero Federal y Ministro de Justicia Beat Jans también se mostró aliviado por este “sí” popular: la importancia de Internet aumenta y, con ello, también la necesidad de seguridad, afirmó el Consejero Federal: “En la vida analógica nos gusta saber con quién estamos tratando. ¿Por qué tendría que ser distinto en la red?”. El Gobierno ha venido preparando la introducción de la e-ID de forma cuidadosa y apoyándose en un proceso participativo, y los electores lo han valorado, dice Jans, quien promete continuar impulsando esta labor, aunque también tendrá en cuenta las resistencias de los opositores: “Deberemos esforzarnos para ganarnos la confianza de los que votaron no”. Jans aseguró que la adopción del documento de identidad digital seguirá siendo voluntaria.
Justo en ello insisten los opositores, quienes ya han anunciado que seguirán vigilando de cerca su implementación. Casi la mitad de los votantes ha rechazado la e-ID, subraya el Consejero Nacional de la UDC Lukas Reimann: “Me opondré a cualquier intento de hacer obligatoria la digitalización””, declaró Reimann, a la vez que instó al Parlamento, al Consejo Federal y a la Administración a “pisar el freno”. Por su parte, Monica Amgwerd, Directora de Campaña y Secretaria General de “Integridad Digital Suiza” exige que la ley incluya garantías en materia de protección de datos y seguridad: “Entonces quedarán satisfechos también los casi 50 % de votantes que se pronunciaron en contra por estas mismas razones”.
Los expertos esperan que el proceso se acelere
El 28 de septiembre de 2025, se dio luz verde a un sistema que asegura un intercambio de datos fiable, tanto desde el punto de vista técnico como organizativo. Esta llamada “infraestructura de confianza” permitirá a las autoridades y empresas privadas expedir también otro tipo de certificados electrónicos: por ejemplo, una licencia de conducir, un certificado de residencia, un certificado de antecedentes penales o un diploma. Se prevé que la e-ID estará disponible a partir del tercer trimestre de 2026. Hasta entonces aún queda mucho por hacer, dice Rolf Rauschenbach, el encargado de la Confederación para informar sobre la e-ID. La Administración federal debe preparar la infraestructura de confianza para un funcionamiento eficiente apegado a la ley. A continuación, se requerirá la colaboración de todos aquellos organismos que deseen utilizar la identificación electrónica o, incluso, expedir sus propios certificados electrónicos. “Y no por último debemos convencer a la población de su utilidad en la vida diaria”, recalca Rauschenbach.
Adiós al valor locativo (Eigenmietwert)
El segundo proyecto de ley sometido a votación el 28 de septiembre encontró menos resistencia: un 57,7 % de los votantes se mostró a favor de suprimir el valor locativo. La Suiza alemánica y el Tesino respaldaron por mayoría esta reforma de la imposición sobre las viviendas de uso propio, mientras que la Suiza francófona la rechazó en bloque. Esta marcada división ya se había puesto de manifiesto durante la campaña previa a la votación. En contraste con el resto del país, en la Suiza francófona incluso los políticos burgueses del Consejo Nacional y del Consejo de los Estados se opusieron a la derogación del valor locativo, advirtiendo que, de aprobarse, se reduciría la inversión en el sector inmobiliario y se debilitaría la industria de la construcción.
En la Suiza germanófona, en cambio, el debate se centró en los principios de fondo: ¿qué tan justo es el impuesto aplicado a las viviendas ocupadas por sus propietarios? Al final, los inquilinos se mostraron solidarios. La Quinta Suiza se decantó incluso con un 61,3 % de votos por un cambio de sistema, que no entrará en vigor antes de 2028. La reforma también contempla la eliminación de las deducciones fiscales por intereses hipotecarios y gastos de mantenimiento. Además, permite a los cantones aplicar por primera vez impuestos a las residencias vacacionales. Con ello, se hacen concesiones a las regiones de montaña, que hasta ahora siempre se habían opuesto a la supresión del valor locativo.
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