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Thomas Hürlimann | En el Berlín dividido ondeaba la bandera de la libertad

21.09.2018 – Charles Linsmayer

Durante sus primeros diez años en Berlín, Thomas Hürlimann se hizo escritor.

En 1974, año en que Hans Hürlimann entró a formar parte del Consejo Federal, su hijo Thomas, de 24 años, llegó a Berlín donde, después de pasar años como alumno en el monasterio benedictino de Einsiedeln y como estudiante universitario en Zúrich, descubrió otro mundo, un mundo radicalmente distinto: “A todas luces ondeaba allí la bandera de la libertad. La ‘década roja’ aún no había dejado paso a los años de plomo”. Thomas permaneció diez años en la ciudad dividida, dejó la carrera y pronto descubrió que sólo podía respirar escribiendo, “a través de las palabras”. Pero el arte sólo se tornó existencial para él en 1980, cuando la muerte de su hermano menor, enfermo de cáncer, lo obligó a escribir sobre el tema: la muerte y el carácter efímero de la vida. Así surgió la obra teatral “Grossvater und Halbbruder”, que envió a Egon Ammann, representante de la editorial Suhrkamp en Zúrich. Ammann lo visitó en Berlín y declaró: “Olvida el teatro, escribe prosa y te publicaremos”.

No obstante, poco después, el Berliner Theatertreffen aceptó presentar la obra. Y cuando ésta se estrenó en Zúrich en 1981, ya estaba también en las librerías la primera obra en prosa de Hürlimann, “Die Tessinerin”: porque después de rechazar su obra, Ammann había vuelto a Berlín y en “Litfin”, un bar situado en el Muro de Berlín, ambos habían decidido fundar la editorial Ammann, la cual no sólo publicó “Die Tessinerin”, sino también “Das Gartenhaus”, “Fräulein Stark”, “Der grosse Kater”, “Vierzig Rosen”, así como sus relatos. En 1984, Hürlimann volvió a Suiza y pasaron 34 años hasta que pudo publicar la novela “Heimkehr” [“Regresando a casa”], en la que transforma este regreso en una grandiosa odisea del distanciamiento.

La tercera es la vencida...

Heinrich Übel, hijo de un fabricante de artículos de goma, ha malgastado dieciocho años de su vida como eterno estudiante; de pronto recibe de su padre la orden de regresar a casa, pero sufre un accidente de tráfico cerca de la fábrica paterna. Con una herida que le deforma la cabeza, recobra el sentido en un hotel siciliano e intenta desesperadamente comprender qué le pasó en aquel accidente y en los días posteriores. Calvo como está ahora, ya nadie lo reconoce y puede trabajar como criminalista por su cuenta. Poco a poco va recobrando la memoria y sus indagaciones lo conducen a África, Zúrich y Berlín. A lo largo de varios encuentros con su antigua amante y con una funcionaria de la RDA de la que se enamora perdidamente, pero sobre todo a través de personas involucradas en el accidente, va descubriendo poco a poco lo que ocurrió aquella noche. Un segundo regreso a casa también se frustra y sólo en el tercer intento logra conversar con su padre, quien entretanto se ha vuelto demente, pero que aún puede hacerle una revelación capital: “Aunque todo es sueño, todo es real. La existencia del ser humano es la ilusión”.

De regreso a casa, Heinrich también vuelve a encontrar el amor de su vida. Pero en el lugar del accidente lo espera el coche reparado, con un gato sentado al volante y “un porro en la comisura de la boca”; el gato arranca a toda velocidad, llevándose a Heinrich: “Al otro lado, Señor Doctor, ¡de la muerte a la vida!” El libro, cuya riqueza sólo puede esbozarse aquí, muestra un nuevo Hürlimann, un narrador para quien lo más importante ya no es la muerte, sino la superación de la muerte; un narrador cuyos escritos, como ya decía Martin Walser en 1995, armonizan “gravedad con fogosidad”.

Charles Linsmayer es filólogo especializado en literatura y periodista en Zúrich.

“En una noche de neblina tiré a la basura todas las carpetas, libretas y fichas en las que había hecho mis apuntes; a la mañana siguiente me preparé una taza de Nescafé con el calentador de agua eléctrico y escribí la primera sílaba para resumir mi existencia completa en una página. Me detuve, oí un estruendo en el patio: estaban llegando los basureros. Enseguida llegué abajo, me planté con los brazos abiertos delante de los cubos y grité: ¡Fuera esas manos! ¡Esto no es basura, esto es mi vida!” 

Tomado de “Heimkehr”, S. Fischer, Fráncfort, 2018

Bibliografía: La novela “Heimkehr” ha sido publicada por la editorial S. Fischer, Fráncfort del Meno, en la que ya se encuentran disponibles otros libros de Hürlimann.

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