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  • Naturaleza y medioambiente

Con los glaciares se derrite la memoria climática

18.07.2025 – Theodora Peter

Los glaciares no solo almacenan ingentes cantidades de agua, sino que sus capas internas también nos cuentan la historia climática de épocas pretéritas. Para salvar este archivo en peligro, los investigadores están recogiendo testigos de hielo en todo el mundo, incluyendo Suiza.

Cueva de hielo en el glaciar Furgg del Monte Cervino (VS). Foto Imago

El cambio climático afecta cada vez más a los hielos eternos de los Alpes. En Suiza, los glaciares han perdido casi el 40 por ciento de su volumen desde el año 2000. Tan solo en los años 2022 y 2023, que registraron temperaturas extremas, se derritió el 10 % del hielo glaciar de Suiza. En el verano de 2024, los glaciares siguieron reduciéndose, a pesar de las excepcionales nevadas del invierno anterior.

Para demostrar la gravedad de la situación en todo el mundo, la Asamblea General de las Naciones Unidas ha declarado 2025 Año Internacional de los Glaciares. El tiempo apremia: si no conseguimos estabilizar el aumento global de las temperaturas por debajo de los dos grados centígrados, los glaciares suizos podrían desaparecer por completo de aquí a finales de siglo. Incluso con medidas efectivas de protección climática, en 2100 solamente quedará en Suiza una cuarta parte de la masa de hielo actual. Esto significa que también se van reduciendo las posibilidades de preservar la historia medioambiental almacenada en los glaciares, cuyas capas profundas encierran huellas químicas y biológicas de miles de años de antigüedad. Estos vestigios muestran cómo fue evolucionando el clima a lo largo del tiempo y a qué influencias ambientales estuvo expuesta la humanidad en las distintas épocas.

Según Thomas Stocker, las perforaciones en los Alpes revisten especial importancia, porque sus glaciares conservan las huellas del desarrollo de la civilización. Foto Universidad de Berna

Una “biblioteca” para la posteridad

El proyecto “Ice Memory”, lanzado hace diez años, se ha propuesto salvar núcleos de hielo de glaciares especialmente amenazados, antes de que sea demasiado tarde. Entre los promotores de esta iniciativa franco-ítalo-suiza, que también cuenta con el respaldo de la UNESCO, se encuentra Thomas Stocker, climatólogo suizo de gran renombre. “Debemos salvaguardar este legado para las generaciones futuras”, afirma Stocker, quien presta apoyo estratégico a la fundación “Ice Memory”. Con este fin, se ha creado un archivo en la Antártida, y de los dos testigos de hielo que se perforan en un mismo lugar, uno se almacena en esta “biblioteca”, mientras que el otro se utiliza para la investigación actual.

Los investigadores del futuro analizarán estas muestras con ayuda de nuevos métodos para obtener datos adicionales sobre la historia climática y medioambiental del planeta. Según Stocker, las obras de construcción de la caverna de nieve “Ice Memory” en la Antártida comenzarán a finales de 2025.

El emplazamiento seleccionado es la estación internacional de investigación Concordia, donde recientemente se sacó a la superficie, con participación suiza, un núcleo de hielo de más de 1,2 millones de años de antigüedad.

Rastreando la contaminación atmosférica

Mientras que los sondeos en la Antártida permiten comprender mejor la dinámica de las antiguas glaciaciones, las perforaciones en los glaciares son interesantes por otras razones: “La información que proporcionan es única, porque procede de regiones más densamente pobladas, en las que la contaminación atmosférica es mayor que en la Antártida”, explica Stocker. Por ejemplo, se puede rastrear el impacto de la industrialización en la calidad del aire y el clima. En el hielo también se pueden encontrar huellas de acontecimientos históricos, como las pruebas nucleares de los años sesenta.

Sin medidas efectivas de protección climática, los glaciares suizos podrían desaparecer por completo en 2100.

No queda mucho tiempo para salvar estos archivos. “Suiza, y la región alpina en particular, se han enfrentado a un fuerte calentamiento en los últimos diez años”, afirma el experto en climatología Thomas Stocker. Los cambios han sido enormes, sobre todo en estos últimos cuatro años. “En los glaciares, esto ha provocado que el agua de deshielo penetre en capas más profundas y borre las huellas climáticas”.

Esto fue lo que se evidenció durante una expedición que realizó “Ice Memory” en 2020 en el glaciar de Corbassière, en el macizo del Grand Combin (Valais). Mientras que un sondeo inicial, en 2018, había arrojado resultados estables, un sondeo comparable, realizado dos años después mostró, síntomas de derretimiento avanzado del glaciar: los marcadores climáticos habían sido literalmente arrastrados. En otras palabras, el glaciar de Corbassière ha quedado prácticamente inservible como archivo climático.

Hielo de 10 000 años de antigüedad en el macizo del Monte Rosa

Una expedición posterior realizada en el macizo del Monte Rosa, en la región fronteriza entre Suiza e Italia, arrojó mejores resultados. En 2021 se obtuvieron varios núcleos de hielo bien conservados en la cresta del glaciar Colle Gnifetti, a 4 500 metros sobre el nivel del mar. Dos perforaciones llegaron incluso hasta el lecho rocoso, a más de ochenta metros de profundidad. Estas muestras son especialmente valiosas: cuentan la historia climática y medioambiental de 10 000 años y representan, por tanto, el hielo más antiguo de los Alpes. En otoño de 2023, se perforó otro pozo hasta una profundidad de cien metros en el cercano Lyskamm. Sin embargo, este hielo es mucho más reciente, con una antigüedad estimada de 150-200 años.

En un plazo de veinte años, el proyecto “Ice Memory” recuperará un total de veinte núcleos de hielo de glaciares amenazados de todo el mundo: no solo en los Alpes, sino también en Noruega, en el Cáucaso, en los Andes y en el Himalaya, entre otros sitios. Una expedición prevista al Kilimanjaro fracasó en 2022 debido a las trabas burocráticas de las autoridades tanzanas.

La montaña más alta de África alberga el único glaciar que queda en el continente, y probablemente se evaporará por completo en las próximas décadas.

www.ice-memory.org

El fragmento de un testigo de hielo recuperado en el Lyskamm encierra inclusiones de un pasado remoto. Foto Riccardo Selvatico, Ice Memory Foundation

 
 
El núcleo de hielo más antiguo del mundo, de camino a Berna

A principios de 2025, un equipo de investigación europeo logró perforar 2 800 metros en la Antártida, hasta alcanzar el lecho rocoso. Este núcleo de hielo continuo proporciona un registro sin precedentes de la historia climática, que se remonta a más de 1,2 millones de años. Los primeros análisis indican que en un solo metro de hielo se encuentran comprimidos más de 13 000 años de datos climáticos.

La Universidad de Berna también participa en el proyecto “Beyond EPICA”, financiado por la UE. Su departamento de Física Climática y Medioambiental está especializado en el análisis de los gases de efecto invernadero presentes en las burbujas de aire atrapadas en el hielo. “Podremos empezar nuestras investigaciones en otoño”, afirma el climatólogo Hubertus Fischer, que espera obtener nuevos conocimientos sobre el ciclo de las glaciaciones. “Hace 1,5 millones de años, había una edad de hielo cada 40 000 años; pero más tarde, este ciclo se ralentizó hasta alcanzar una duración de unos 100 000 años”.

Se necesita una cámara frigorífica para temperaturas de -50 °C

Los científicos quieren averiguar el porqué de este cambio. Como siempre, los gases de efecto invernadero son los principales sospechosos, señala Fischer, quien agrega: “Una mejor comprensión del sistema climático del pasado nos permitirá hacer predicciones más precisas para el futuro”.

Se espera que la valiosa carga llegue a Berna en el transcurso del verano. La Universidad de Berna ha diseñado y construido especialmente para este fin una nueva cámara frigorífica para temperaturas de -50 °C. Anteriormente, podía almacenar muestras de hielo a 25 °C bajo cero. “Para determinadas mediciones, el hielo debe almacenarse a una temperatura muy baja para que no se deteriore”, explica el científico. Una fuente de alimentación de emergencia asegura que no se interrumpa la cadena de frío en caso de apagón.

En la Antártida, los investigadores aserraron el núcleo en trozos de un metro de largo, antes de enviar el hielo a -50 °C a través del Atlántico y el Mediterráneo hasta Italia, pasando por los trópicos donde el aire alcanza temperaturas elevadas. El viaje continuó por tierra hasta Bremerhaven, en el norte de Alemania, donde las muestras se volvieron a “filetear” en el laboratorio de hielo del Instituto Alfred Wegener, antes de ser distribuidas a las instituciones de investigación participantes de toda Europa, incluida la de Berna.

www.beyondepica.eu

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    Eric Podico, Anthy, France 23.07.2025 At 08:36

    A mon avis, la Bible est toujours le bon point de départ pour notre réflexion sur les âges du passé. La Suisse étant (ou ayant été) un pays chrétien, je me permets ce commentaire que je sais «audacieux» pour beaucoup.


    Des vérités absolues car «scientifiquement établies et fondées» sont parfois remises en cause subitement. Si la Bible était un livre de science (séculière), on la mettrait au panier au bout de 15 ans. Mais la Bible contient tout de même des données scientifiques, … parfois relatives au climat. Par exemple, l'apocalypse montre que des «hommes furent brûlés par une grande chaleur», le livre de Job parle des «dépôts de grêle, ... en réserve pour les temps de détresse, pour les jours de guerre et de bataille». Certaines de ces données bibliques - scientifiques - se sont avérées justes et précises avant que le consensus scientifique ne les découvre et accepte, au cours de nos dernières décennies. Je cite par exemple les «sources d'eau» dans les profondeurs des mers (encore le livre de Job). Bref, là n'est pas le sujet de l'article, mais je signale simplement que nombre de scientifiques reconnus ne croient plus au millions d'années d'évolution, mais se fient aux Écritures et n'ont pas honte de le dire. Et ce ne sont pas des obscurantistes, mais des chercheurs ouverts qui peuvent soutenir scientifiquement leurs travaux.


    PS: Ma mère et moi apprécions et soutenons votre Revue. Merci.

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  • user
    Fritz Sommerau, Hong Kong, S. A. R. China 22.07.2025 At 10:44

    Kompliment zu dieser umfassenden Aufgabe und für diesen interessanten Artikel.
    Wie ersichtlich sind auch bei uns in der Schweiz junge Gletscher. Denn das ist ja auch ersichtlich aus den Römerpfaden, die nun gelegentlich unter den schmerzenden Gletscher auftauchen.
    Im Herbst 2023 gelang am nahegelegenen Lyskamm eine weitere Bohrung bis auf 100 Meter Tiefe. Dieses Eis ist mit geschätzten 150 bis 200 Jahren jedoch deutlich jünger.

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