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  • Sociedad

Cómo el canto coral ha moldeado la Suiza moderna

19.12.2025 – Susanne Wenger

Nuestro país se caracteriza por su gran número de coros. Pero lo que hoy es un pasatiempo muy popular, en el siglo XIX era un instrumento político de alabanza al incipiente Estado federal. Así lo afirma la musicóloga bernesa Caiti Hauck, quien ha sido la primera en dedicar una investigación exhaustiva a la vida coral en Suiza.

Caiti Hauck, de la Universidad de Berna, ha investigado los inicios de la vida coral en Berna y Friburgo. Foto Dres Hubacher

Durante la temporada de Adviento, los coros se apoderan de los escenarios: desde el Coro Bernés de Bach hasta el Coro Juvenil Suizo y el Coro de Góspel de la Meseta de Appenzell, pasando por el Coro Pro Arte de Lausana, los coros de todo el país nos invitan a disfrutar de la música navideña. Sin embargo, su actividad no se limita a estas fechas. Suiza posee una rica y variada escena coral. Según estadísticas federales, una de cada cinco personas canta en su tiempo libre, en la mayoría de los casos una vez por semana y las más de las veces, en un coro. “En comparación con otros países europeos, Suiza registra una de las tasas más elevadas de cantantes”, afirma Caiti Hauck, de la Universidad de Berna.

Se desconoce el número exacto de orfeones, dada su gran diversidad. Actualmente, la Asociación Suiza de Coros (ASC), la federación central que agrupa a los conjuntos seculares, cuenta con más de 1 200 formaciones: coros masculinos, femeninos, mixtos, infantiles y juveniles. Tras el retroceso registrado durante la pandemia, se han vuelto a estabilizar las cifras, explica Anna-Barbara Winzeler, de la ASC. A todo esto hay que sumar los cientos de coros eclesiásticos y clubes de yodel, así como los numerosos conjuntos vocales informales que no aparecen en ningún registro.

Una larga tradición histórica

La cultura coral es particularmente rica en el cantón de Friburgo. El canto coral de esta región figura entre las “tradiciones vivas de Suiza”, una lista elaborada por la Oficina Federal de Cultura con el fin de preservar el patrimonio cultural inmaterial en el marco de la Convención de la Unesco. ¿Pero a qué se debe esa enorme popularidad del canto coral en Suiza? Más allá de sus virtudes universalmente reconocidas (hay evidencia de que el canto en grupo levanta los ánimos y refuerza el sistema inmunológico), existen motivos históricos. 

El Gobierno cantonal, preocupado por su influencia política, la sometió a fuertes presiones: la Société de Chant de la Ville de Fribourg. Imagen cedida a la revista

En el siglo XIX, los coros eran más que meras asociaciones musicales: en un contexto marcado por las tensiones entre liberales y conservadores, protestantes y católicos, los coros fueron ejerciendo cada vez mayor influencia política. En 1848, el año posterior a la guerra civil del Sonderbund, se fundó el Estado Federal, la primera democracia moderna en Europa. “Los coros masculinos contribuyeron a forjar la conciencia política en el incipiente Estado Federal”, explica Caiti Hauck, quien ha sido la primera en investigar en profundidad la vida coral de las ciudades de Berna y Friburgo, basándose en monografías conmemorativas, actas de asociaciones, listas de miembros, correspondencia, programas de conciertos y artículos de prensa.

Una actividad con tintes políticos

La investigación de Hauck reveló más de cien asociaciones corales en Berna y Friburgo. Especialmente influyentes fueron la Société de Chant de la Ville de Fribourg, fundada en 1841, el primer coro secular masculino de la Suiza francófona, y el coro Berner Liedertafel, creado en 1845. Ambas formaciones sustentaban opiniones liberal-radicales, en contraste con el coro masculino Cäcilienverein de Friburgo (1877), vinculado al entorno eclesiástico-conservador. La Société de Chant expresaba su postura a través de canciones revolucionarias como “Au bord de la libre Sarine” [“A orillas del libre Sarine”], compuesta por Jacques Vogt, fundador del coro.

Tras la victoria de los progresistas en Friburgo, los conservadores recuperaron el poder en los años 1850. El Gobierno temía la influencia del coro e intentó impedir sus actividades. No fue sino hasta 1871 cuando la Société de Chant volvió a organizar un festival cantonal, al que invitó al Berner Liedertafel. Este prestigioso coro de la nueva capital federal, íntimamente vinculado a la política, contaba entre sus miembros pasivos incluso con consejeros federales. Los cantantes berneses se solidarizaron con sus compañeros de Friburgo, aunque también lo hicieron “por deber patriótico”, con el afán de reforzar la cohesión del incipiente Estado Federal.

Cantando por la patria

“Pese a sus diferencias lingüísticas y religiosas, ambos coros mantuvieron una estrecha amistad, superando así la frontera del Röstigraben, como se desprende de su intensa correspondencia”, afirma Caiti Hauck. Además de promover el canto colectivo y resolver conflictos ideológicos, los coros masculinos también buscaban fomentar un sentimiento de unidad nacional. Especialmente en los grandes festivales federales de canto, celebrados regularmente desde 1843, se festejaba la unión nacional, de forma similar a los torneos de gimnasia o de tiro.

El repertorio incluía canciones patrióticas, como “O mein Heimatland, o mein Vaterland” [“¡Oh, mi tierra natal, oh, mi patria!”], del escritor Gottfried Keller y del compositor Wilhelm Baumgartner, junto con canciones populares y odas a la naturaleza. El coro Berner Liedertafel incluso se atrevía a abordar obras exigentes, como las de Franz Schubert. También existían coros mixtos y femeninos en el siglo XIX. “Algunos coros de mujeres participaron en festivales cantonales y salieron galardonados”, señala Hauck. Pero en el ámbito público predominaban los coros masculinos, un reflejo de la jerarquía de género de la época.

Una amplia participación popular

Entre los pioneros del canto coral suizo destaca Hans Georg Nägeli. Este compositor y editor zuriqués impulsó la educación musical entre el pueblo: en 1805 fundó el primer instituto de canto no religioso, del cual nació en 1810 el primer coro masculino laico. Los coros para el público en general se inventaron en el siglo XIX. Nägeli, conocido como el “padre de los cantores” en toda Europa, dejó con sus ideas de educación musical una huella profunda tanto en la Suiza alemánica como en la francófona. “Muchos coros lo mencionan repetidamente entre sus fuentes”, apunta Hauck.

La cultura coral suiza también se expande fuera de sus fronteras... Aquí tenemos una invitación del «Vancouver Swiss Choir» y la «Vancouver Dorfmusik» para un concierto de Navidad en diciembre de 2025. Foto cedida a la revista

Caiti Hauck, originaria de Brasil y residente en el cantón de Vaud desde 2017, nos explica su interés en un tema que hasta ahora apenas había recibido atención por parte de los musicólogos: “La música coral me fascinaba ya durante mis estudios en São Paulo”, relata. Ella misma cantó en asociaciones corales y, últimamente, dirigió el Coro de Policías de Lausana. Presenta sus resultados de investigación de manera muy accesible: junto con el dibujante Julien Cachemaille publicó el cómic científico Drei Schweizer Chorsänger im 19. Jahrhundert [“Tres coristas suizos del siglo XIX”], disponible en línea en alemán y francés. El Berner Liedertafel siguió siendo un coro masculino hasta su disolución en 2018 por falta de relevo generacional. La Société de Chant de la Ville de Fribourg desapareció en el año 2000. Que los coros surjan y desaparezcan es algo normal, explica Hauck: ya en el siglo XIX, las actas reflejaban las quejas sobre la asistencia irregular a los ensayos, y algunos coros dejaban de existir por falta de miembros. Sin embargo, siempre surgen nuevos coros, con una gran diversidad estilística. “La cultura coral de Suiza está viva y une a las generaciones”, afirma Caiti Hauck. Los debates políticos tienen hoy menos peso, aunque los coros siguen marcando el paso, en apoyo a causas queer y feministas o por su papel integrador entre nativos y solicitantes de asilo.

Su organización ha cambiado mucho. Aunque sigue habiendo coros que ensayan semanalmente por las noches, son cada vez más los coros que se forman temporalmente en torno a un proyecto. “No es difícil encontrar a amantes del canto; sin embargo, en la actualidad suelen mostrar menos compromiso con un solo coro”, observa Anna-Barbara Winzeler, de la Asociación Suiza de Coros. Ella estudia música en la Escuela Superior de Lucerna y dirige el coro Chorisma de Schaffhausen, integrado por cantantes de entre 18 y 35 años. Los jóvenes desempeñan un papel clave en la preservación de la cultura coral, subraya.

El cómic científico “Tres coristas suizos del siglo XIX” puede obtenerse gratuitamente en alemán y francés en la página web del proyecto de investigación. www.clefni.unibe.ch
 
 

Escuchar cantos corales
En línea encontrará una selección de audios de coros suizos: www.revue.link/coros

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