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  • Sociedad

La emotiva búsqueda de las raíces suizas

03.10.2025 – Dölf Barben

Tracey Jones y Pete Thalmann, de Estados Unidos, han encontrado sus raíces familiares en Suiza, gracias a la ayuda de profesionales. Lo que descubrieron les conmovió profundamente. Ambos casos ilustran la importancia que puede tener la investigación genealógica para quienes viven lejos de la tierra de sus antepasados.

Tracey Jones, de 56 años, vive cerca de Filadelfia y trabaja en una escuela. El año pasado visitó Suiza junto con su marido. En San Galo encontró una de las casas donde vivió su abuela cuando era niña. En una entrevista con Panorama nos contó la profunda emoción que le había causado este hallazgo.

Pete Thalmann, de 80 años, vive en Holliston, cerca de Boston. Trabajó toda su vida como ingeniero eléctrico y ahora pasa el verano en la península de Cape Code. Este otoño tiene previsto viajar a Suiza. Entre sus destinos se encuentra el pequeño pueblo de Eggetsbühl, cerca de Wängi (TG), donde vivieron sus bisabuelos.

Tracey Jones y Pete Thalmann tienen mucho en común: ambos se interesan desde su juventud por la historia, especialmente por la de sus familias. Ambos querían saber de dónde procedían aquellos sin los cuales ellos mismos no existirían. Ambos investigaron, siguieron pistas y superaron obstáculos. Y ambos conocen a Kurt Münger.

El genealogista Kurt Münger recibe cada vez más solicitudes de personas del extranjero interesadas en sus ancestros suizos. Foto cedida a la revista

Kurt Münger, de 74 años, es Presidente de la Sociedad Suiza para la Investigación Genealógica (SGFF, por sus siglas en alemán). Esta sociedad recibe cada vez más solicitudes de personas del extranjero interesadas en sus antepasados suizos: “Intentamos ayudarles lo mejor que podemos, sin ánimo de lucro”.

Münger nació en la Suiza Oriental y vive en Gossau. Sin embargo, su familia procede del cantón de Berna. Hacia 1900, muchos campesinos berneses se trasladaron a Turgovia, donde empezaron una nueva vida. La emigración también desempeñó un papel importante en la historia familiar de Münger, aunque en un marco geográfico más reducido.

Münger se considera a sí mismo una persona curiosa. No solo quiere maravillarse, sino también comprender. Por eso estudió química y escribió una tesis doctoral sobre moléculas especiales. Las personas que se marchan, emigran y se establecen en otro lugar para crear nuevos vínculos le “recuerdan a lo que hacen las moléculas”.

La genealogista Therese Metzger afirma: “Quienes viven en un país marcado por la inmigración y con una historia reciente suelen sentir un interés especial por la historia de su propia familia”. Foto cedida a la revista

Curiosidad y perseverancia

“La curiosidad es lo que mueve a todos los genealogistas”. Münger habla de una curiosidad sana, que no tiene nada que ver con el sensacionalismo: nos impulsa hacia delante, siempre que tengamos la suficiente perseverancia, explica. “Este tipo de investigación no siempre es fácil”.

Tracey Jones empezó investigando en sitios web y buscando en archivos digitales, hasta que dio con Kurt Münger. Este le pasó el contacto de una genealogista familiarizada con la región, que le proporcionó las pistas decisivas. Y finalmente, viajó a Suiza.

Su abuela apenas hablaba de su infancia y juventud, aunque estaba muy orgullosa de sus orígenes, cuenta Tracey. “Ver dónde creció y en qué casas vivió me emocionó profundamente”. Y cuando le enseñó las fotos a su padre, que nunca había estado en Suiza, se alegró muchísimo. “Para mí, esta experiencia no tiene precio”.

Pete Thalmann también considera “inestimable” un artículo escrito por su abuelo, John J. Thalmann, y publicado en un periódico de Baltimore: tras completar su aprendizaje como modista, este se marchó a recorrer el mundo. En París conoció al amor de su vida: Mathilde Bos. Ambos fueron a parar en Baltimore, donde el destino les depararía duros golpes: allí fallecieron seis de sus hijos. “En aquel entonces, esta ciudad era un infierno”, afirma Pete. Por miedo a perder a todos sus hijos, sus abuelos decidieron volver a San Galo por un tiempo; su padre tenía entonces dos años.

A Pete le habría gustado saber dónde estudió su padre más adelante. “Pero no logré averiguarlo”. Aún más le interesa el carácter de sus antepasados: “Aunque mi abuelo y mi padre eran personas apacibles, no dudaron en asumir riesgos”, afirma. “Yo soy como ellos”. Nos cuenta que montó su propio negocio y que era un hombre audaz. “Y, al igual que ellos, yo también he vivido tragedias terribles”: Pete perdió a una de sus hijas, y también a su esposa.

¡Genealogía! — Max Spring dibuja en exclusiva para “Panorama Suizo”

Es fácil cometer errores

Hoy en día es más sencillo que antes investigar la genealogía. Incluso los antiguos registros parroquiales se han digitalizado y se pueden consultar cómodamente en el ordenador. Además, hay empresas que se encargan de hacer esta tarea por un precio muy asequible.

Sin embargo, hay que tener cuidado con este tipo de servicios, afirma Kurt Münger. Si se tiene demasiada prisa para realizar las investigaciones, es fácil cometer errores. Por ejemplo, ¿qué sucede si dos hombres con el mismo nombre pueden ser tus antepasados? Si eliges al equivocado, ramas enteras de tu árbol genealógico dejarán de ser correctas. En caso de duda, hay que buscar pruebas, afirma Münger. Y esto requiere mucha paciencia... o la ayuda de profesionales, como Therese Metzger.

Esta mujer de 79 años vive en Münsingen, cerca de Berna. Es genealogista profesional y recibe más de treinta encargos al año. Más de dos tercios de ellos proceden del extranjero. Por unos mil francos puede elaborar listas de personas que se remontan más de doscientos años atrás.

Gran parte de su clientela proviene de Estados Unidos, cuenta Therese Metzger. “Hay personas que solo quieren saber dónde vivían sus antepasados, eso les basta y se sienten happy”. Algunos deciden entonces emprender el viaje para visitar ese lugar. “Cuando se encuentran en la iglesia y se ponen a pensar que uno de sus antepasados fue bautizado allí, se emocionan mucho. A otros les interesan los detalles, dice Therese Metzger. Un cliente preguntó por un posible antepasado del siglo XIII. “Tuve que rendirme”. Una exploración tan profunda del pasado solo es posible en casos muy excepcionales.

También se complican las cosas cuando solo se conoce un nombre que antes era muy común. “¿Por dónde empezar a buscar a un tal Jakob Meier?”, pregunta. Otro problema son los párrocos que escribían con letra muy descuidada; sus anotaciones en los registros parroquiales son casi indescifrables. “A esos curas les habría obligado a tomar clases particulares, antes de entrar en el purgatorio”, dice Therese riéndose.

La inmigración fomenta la investigación genealógica

Therese Metzger se ha preguntado una y otra vez por qué a la gente de países como Estados Unidos le interesa tanto la investigación genealógica. En su opinión, la respuesta está en la historia relativamente corta de estos países y la gran importancia de la inmigración. “Ocurre lo mismo que con los niños adoptados”, estima. “Ellos también quieren saber de dónde vienen”.

Lo mismo opina Kurt Münger. Visitar el país de origen de los antepasados es mucho más que una simple excursión turística, afirma: “Para los descendientes, se trata de un viaje emocional hacia sus propias raíces”. Este viaje suele constituir una meta existencial o una experiencia única.

Los casos de Tracey Jones y Pete Thalmann lo confirman: para ellos es muy importante conservar el conocimiento de sus raíces suizas y transmitirlo a sus dos hijas, nos confía Tracey. “Ahora sé exactamente de dónde vengo, y estoy muy orgullosa de ello”.

A su vuelta de Suiza, Pete Thalmann quiere completar el relato que ha empezado a escribir sobre la historia de su familia. La crónica, que ya tiene un tamaño respetable, está dirigida a las generaciones futuras. “¡Tengo seis hijos y once nietos!” Cuando leyó por primera vez el artículo de periódico escrito por su abuelo, se hizo evidente para él que “una voz del pasado no tiene precio”.

Consejos para buscar sus raíces

Empiece por los vivos, porque los muertos no se le escaparán: esta es una regla básica cuando uno inicia la búsqueda de sus antepasados. Primero, pregunte a sus familiares, que pueden proporcionarle información oral, y luego busque otras fuentes.

No reinvente la pólvora: a menudo, otros familiares ya han hecho indagaciones y han elaborado árboles genealógicos. Conviene buscar este tipo de trabajos ya realizados.

Contacte con genealogistas en Suiza: la Sociedad Suiza para la Investigación Genealógica (SGFF) puede brindarle información directamente o transmitir sus consultas a asociaciones genealógicas locales. www.sgffweb.ch/en

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    Alexander Gallati, Wien, Österreich 06.10.2025 At 14:15

    Ich habe das große Glück, daß mir die Recherche über meine Vorfahren von einem eingeheirateten Familienmitglied, einen Herrn Mogensen-Gallati abgenommen wurde, der eine große Genealogie verfaßt hat. Unser Familie stammt aus Mollis (GL). So habe ich alle Vorfahren lückenlos bis ins frühe14. Jhdt. aufgelistet. Ein schöner Spiegel der Zeit: bei den ersten Generationen steht meistens: geboren (Jahr), gefallen in der Schlacht bei (Ort). Glücklicherweise haben sie zuvor noch Nachkommen in die Welt gesetzt, sonst würde ich nicht existieren.

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  • user
    Curtis Tugnum, Canada 05.10.2025 At 00:04

    Tracing Your Roots to Switzerland. I read this article with great interest. I am well aware of my roots to Switzerland and proud to say I can trace my roots in Graubünden as far back as 1334 with excellent detail. My reason for extensive research and documentation is to ensure the information is available to family that follow me. I am in the "interesting" position of being the oldest living Tugnum... anywhere. We are all in Canada now after literally centuries in Switzerland, specifically in Graubünden, almost exclusively. I am driven for posterity's sake.

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