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  • Economía

Trump y Suiza: aranceles, disputas... y voluntad de diálogo

18.07.2025 – Christof Forster

Durante mucho tiempo, Suiza creyó estar a salvo. Pero, de repente, le cayó encima el inesperado mazazo arancelario de Trump. Las autoridades suizas se mostraron sorprendidas y decepcionadas por la “república hermana”.

Los rostros de la delegación del Consejo Federal reflejaban su enorme disgusto tras el anuncio de los aranceles estadounidenses. A principios de abril, la Presidenta de la Confederación, Karin Keller-Sutter, y el Ministro de Economía, Guy Parmelin, comparecieron ante los medios de comunicación para explicar la reacción del Consejo Federal. Dijeron que se abstendrían de tomar medidas de represalia.

El día anterior, el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, había anunciado sus aranceles a bombo y platillo en la Rosaleda de la Casa Blanca. Para las importaciones procedentes de Suiza fijó un exorbitante arancel del 31 %, con excepción (hasta ahora) de los productos farmacéuticos. Justificó esta medida por supuestos métodos comerciales desleales y manipulación de divisas. Según percepción de los suizos, la situación se vio agravada por el hecho de que Suiza y Liechtenstein fueron los más afectados del viejo continente en ese mes de abril. En cambio, la UE, por la que se asumía que el Presidente estadounidense tenía escasa consideración, solo fue golpeada con un arancel del 20 %. En unos instantes se hizo añicos la creencia en el caso especial de Suiza.

Durante mucho tiempo, Suiza pensó que iba sobre seguro y esperaba salvarse de los elevados aranceles; no le faltaban motivos para ello: Suiza prácticamente no aplica aranceles a las importaciones estadounidenses. El superávit de exportación de mercancías es relativamente elevado, debido sobre todo a las exportaciones de productos farmacéuticos a EE. UU. Sin embargo, Berna dice que si se aplica un enfoque integral habría que incluir el comercio de servicios. Y en este ámbito Estados Unidos está claramente por delante. Además, las empresas suizas invierten mucho en Estados Unidos. Suiza ocupa el sexto lugar. Visto así, los aranceles contra Suiza parecen “casi un accidente laboral”, como declaró a los medios una representante federal, algo perpleja.

Armonía durante el primer mandato

Es probable que la relación más bien armoniosa entre Berna y Washington durante el primer mandato de Trump haya contribuido a generar inicialmente una sensación positiva. Apenas unas semanas antes de la fría ducha arancelaria, la empresaria y Consejera Nacional de la UDC Magdalena Martullo-Blocher afirmó que a Trump le encantaba Suiza; y que Suiza pronto tendría un acuerdo de libre comercio con EE. UU. Poco antes de las elecciones estadounidenses, el Consejero Federal Albert Rösti dijo a estudiantes de secundaria que él personalmente se inclinaba por Trump.

El tema de los aranceles probablemente sea mucho más que un accidente laboral, como demuestra una mirada a la historia: aunque Suiza siempre ha creído tener una relación privilegiada con Estados Unidos, esta creencia se ha visto desmentida una y otra vez. A Suiza le gusta verse a sí misma como una república hermana. ¿Acaso no fue el propio Trump quien la llamó “sister republic”?

Esto es cierto si nos fijamos en la historia institucional de los dos países, que presenta mucho paralelismo. Así, cuando Estados Unidos adoptó una nueva Constitución en 1776, se inspiró, entre otros, en pensadores suizos. Y más tarde, cuando Suiza se constituyó como Estado federal, adoptó conceptos clave de Estados Unidos, desde los derechos humanos hasta el sistema parlamentario bicameral.

Sin embargo, estas similitudes en la forma de concebir el Estado y la responsabilidad individual acaban cuando las cosas se ponen difíciles: Estados Unidos recurre implacablemente a la ley del más fuerte para hacer valer sus intereses. Esto se evidenció ya inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, cuando Washington presionó a Suiza para que pagara indemnizaciones por su connivencia con la Alemania nazi. Asimismo, en los años noventa Suiza fue duramente criticada por retener los activos no reclamados y el oro saqueado durante la época nazi. Bajo una gran presión internacional, UBS y Credit Suisse acordaron compensar a las víctimas del Holocausto o a sus descendientes con 1 250 millones de dólares. Suiza también sufrió de lleno la influencia estadounidense en lo que respecta al secreto bancario: en 2008, se vio obligada a relajar el secreto bancario y entregar los nombres de miles de sospechosos de fraude fiscal a las autoridades tributarias estadounidenses.

El documento que desató el pánico en Suiza: en la lista de países sujetos a aranceles punitivos que presentó Donald Trump el 2 de abril de 2025, Suiza se encuentra entre los más afectados. Foto Keystone

Entrevista telefónica con Trump

Suiza siempre ha salido airosa de la presión ejercida por su hermana mayor de ultramar. Y es probable que lo mismo ocurra con la disputa en torno a los aranceles. EE. UU. es actualmente el país más importante para las exportaciones suizas, incluso por delante de Alemania. Después de que al principio el Gobierno suizo solo tuviera acceso a funcionarios de bajo nivel en Washington, ahora se ha establecido la conexión con la Casa Blanca. En una entrevista telefónica con Trump, la Presidenta tendió la mano para desactivar el conflicto comercial. Poco después, Trump anunció que suspendería durante 90 días los aranceles impuestos a todos los socios comerciales.

A pesar de la clara correlación de fuerzas, Suiza no desea ser percibida como un país que ruega asistencia a Trump, que ya se ha burlado de los políticos extranjeros que imploraban un acuerdo. El Presidente solo acepta la fuerza, desprecia la debilidad. Suiza tiene sus bazas: las empresas suizas son las cuartas inversoras extranjeras en producción industrial, e incluso las primeras en investigación y desarrollo. Los políticos también han considerado públicamente retirarse del acuerdo con EE. UU. sobre aviones de combate.

Al parecer, Estados Unidos ha empezado a reconocer que Suiza tiene algo que ofrecerle: Suiza ahora forma parte de un grupo de quince países con los que Washington desea firmar un acuerdo comercial prioritario. En el marco de estas negociaciones, el Gobierno suizo podría, por ejemplo, introducir en la ecuación nuevas inversiones directas de empresas suizas en EE. UU. por valor de unos 150 000 millones de francos suizos. Aproximadamente la mitad de esta cifra procedería de Novartis y Roche.

Margen de maniobra con el aguacate y las almendras

Suiza también podría asegurarse la buena voluntad de EE. UU. estrechando su cooperación con este país en materia de aprendizaje. El propio Trump anunció recientemente una iniciativa de formación profesional. Sin embargo, lo que se está negociando realmente son los aranceles, las barreras comerciales no arancelarias como cuotas, subsidios e impuestos y el comercio de bienes. A Keller-Sutter le gustaría eliminar por completo la “imposición arancelaria básica”, que sigue aplicándose a todas las importaciones, a pesar de su aplazamiento. Sin embargo, el Consejo Federal difícilmente podrá evitar hacer concesiones en materia agrícola. Según la Confederación, existe margen de negociación sobre productos como las almendras y los aguacates, que no produce Suiza.

El siguiente paso será una declaración conjunta de intenciones, que aún no estaba disponible al cierre de esta edición, a finales de mayo; después de esto deberían comenzar las negociaciones. Sin embargo, en vista de los numerosos vuelcos y sorpresas a los que acostumbra la Casa Blanca, incluso este calendario aproximado debe considerase con cautela.

Noticias “Panorama Suizo 4/25 Octubre”: Suiza tras el veredicto de Trump: más que un golpe arancelario

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    Arye-Isaac Ophir, Israel 24.07.2025 At 22:35

    Trump/USA - Kopfzerbrechen wird wahrlich zum Alltagsprogramm für Staatsplaner. Den Politikern, die bei Trump nach Logik suchen, empfehle ich erst mal, den Rat eines professionellen Profilers einzuholen! Ich bin keiner, aber meine, dass das Basisergebnis den geistigen Rahmen einer Marlboro-Reklame nicht sprengen wird - ergo: der Schlüssel zum Erfolg ist mehr Glück als Verstand... Wer weiss, vielleicht bringt Geduld doch noch Rosen... Also, betet Freie Schweizer, betet...

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  • user
    Erika Kwin, Kanada 22.07.2025 At 18:55

    Wollen wir wirklich auf Donald Trumps Wutanfälle reagieren? Je mehr man auf solche Wutanfälle reagiert und nachgibt, desto mehr und grösser werden die Forderungen (wie bei einem kleinen Kind). So wie es aussieht, sind Verträge mit Trump nicht viel wert. Je nachdem, wie der Wind bläst, kommen wieder neue Forderungen. Es schaut aus, dass es 'never ending' Erpressungen für unzumutbare Zugeständnisse sind.


    Es ist vielleicht Zeit, nicht mehr auf Erpressungen einzugehen! Seine Landsleute müssen ja die Tarife, die er einsetzt, bezahlen... nicht die Schweizer Bevölkerung.


    Ich glaube, die Schweizer können gut ohne Avocados und Mandeln aus den USA auskommen. Es gibt andere Länder, die das auch liefern können (das gilt sicher auch für andere Güter aus den USA). Irgendwann werden auch die Amerikaner aufwachen (hoffentlich bald) und von ihm verlangen, dass er seine Anfälle etwas herunterschraubt.


    Vielleicht ist es auch an der Zeit, dass die Schweiz sich etwas ablöst von der USA und Handel mit anderen Ländern vertieft! Es kann nicht schaden, sich mit Asien, Australien, Südamerika, Kanada usw. etwas mehr zu befreunden und bessere Handelsverträge untereinander auszuarbeiten. Nach vier Jahren kann man ja mal mit den USA wieder von vorne anfangen und versuchen, vernünftigere Verträge auszuarbeiten, die dann auch von allen Parteien eingehalten werden.

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    Doris Naef, Spanien 22.07.2025 At 13:28

    Ich wohne in Spanien. Seit der Ankündigung von Zöllen kaufe ich keine amerikanischen Lebensmittel mehr. Auf Avocados, Mandeln und Baumnüsse kann ich gut verzichten. Ich finde, dass man Lebensmittel aus der USA kennzeichnen sollte, so dass die Leute selber entscheiden können, ob sie diese kaufen wollen.

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  • user
    Michael Stutz, Deutschland 22.07.2025 At 09:17

    Ich bin konsterniert, wie hier im Zusammenhang mit den Zolltarifen aus den USA über die EU aus Sicht der Schweiz geschrieben wird. Dies ist in seiner Denkweise an Egoismus nicht mehr zu überbieten! Man zählte darauf, dass der US-Präsident wenig vom europäischen Staatenbund hält! Ebenso sind die zitierten Aussagen von Nationalrätin Magdalena Martullo-Blocher sowie von Bundesrat Albert Rösti an Falscheinschätzung und Ignoranz nicht mehr zu überbieten.


    Wenn das die allgemeine Einstellung der Schweiz ist, was ich sehr bezweifle, dann muss man sich als Schweizer im Ausland schämen.

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      Arye-Isaac Ophir, Israel 07.08.2025 At 18:31

      Zollgebühren waren, sind und bleiben Staatsegoismus, gedacht zum Wohle der landeseigenen Hersteller. Schliesslich beruht eine ausgewogene Volksfinanz nicht nur auf Verbraucher. Wenn Sie schon den bezglichen Egoismus anprangern, dann sei vermerkt, dass Trump in dem Sinne ein Superlativ von Egoismus ist.

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  • user
    Maria Klinger, USA 20.07.2025 At 08:38

    Maybe Switzerland should start to think about Brics, more than Dollars.

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