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  • Sociedad

Ginebra vuelve a conectar con su lago gracias a una playa popular

10.07.2019 – Stéphane Herzog

Ginebra disfruta desde junio de un nuevo acceso al lago con una anchura de 500 metros. Se distiende la relación que la ciudad de Calvino mantiene con el agua, como ya ocurrió hace tiempo en Berna o en Zúrich. Esta oferta responde a necesidades sociales y climáticas.

¡Los ginebrinos quieren disfrutar de sus riberas! Llevan una década invadiendo las orillas del Ródano para bañarse, tal y como se hacía en la Edad Media o como se lleva haciendo desde hace mucho tiempo en Berna o Basilea, en el río Aar o en el Rin. Desde el 22 de junio la población va descubriendo una nueva playa, la de Eaux-Vives.

Las obras de acondicionamiento de estas instalaciones públicas gratuitas, con una extensión de 500 metros y situadas a diez minutos a pie del centro, concluirán en primavera de 2020. Situadas entre el lago y la tierra, ofrecerán un jardín acuático con plantas raras – como lo deseaba el WWF – y un parque. Este espacio recreativo dispondrá de una gran explanada para veleros, un pueblo de pescadores y un restaurante situado justo en frente del Jet d’eau. Estas instalaciones se construirán sobre pilotes. En cuanto al puerto náutico y a su club, se pasará de 600 a 1 000 puntos de amarre. Un largo dique se extenderá hacia el lago para proteger el conjunto, lo que, por otra parte, hace temer a algunos que el agua no se renueve lo suficiente para los bañistas, preocupación que el cantón niega. “Hay que correr riesgos y seguir avanzando”, zanja el arquitecto Marcellin Barthassat, que participó en los años 1990 en la renovación de los Bains des Pâquis, al otro lado del lago.

Ginebra en el punto de mira de Yverdon y Zúrich

“La vista sobre la rada será extraordinaria y aquello será un remanso de paz, al abrigo del tráfico”, indicaba en mayo Franck Pidoux, jefe de proyecto del cantón que dirige el plan de renaturalización de los cursos de agua. El funcionario recuerda las peticiones que, desde hace tiempo, exigen un mejor acceso al agua. “Teníamos la oferta más baja de la cuenca del lago Lemán, contrariamente a Berna o Zúrich, por ejemplo, que jamás se desconectaron de sus ríos”, precisa. ¿Modificar un lago? La operación es posible, aunque delicada, y “han venido emisarios de las ciudades de Yverdon y de Zúrich a ver el proyecto para comprender cómo Ginebra logró construir sobre un lago, lo cual por motivos legales sigue siendo excepcional”, declara el jefe de proyecto.

De las casas de baños en el Ródano a los baños en el Lemán

La historia de la relación de la ciudad con sus riberas es sinuosa. “En la Edad Media, la gente no tenía miedo al agua. Ginebra tenía casas de baños en el Ródano, con aguas templadas, que eran lugares de encuentro. Pero con la Reforma fueron prohibidas. Por otra parte, a lo largo de los siglos, los ginebrinos se bañaban desnudos en el Ródano, pese a las prohibiciones”, recuerda el historiador Bernard Lescaze. “En cuanto al Lemán, hasta el siglo XVIII sirvió como puerto y zona industrial, donde se establecieron los primeros baños lacustres. A partir de 1850, el lago deja de ser un enlace comercial y desde 1900 da cabida a la navegación de recreo y las regatas.” Y a la inversa, se prohíbe el baño en el Ródano. “Antes de la guerra, las clases obreras se reunían en los Bains des Pâquis, mientras que se organizaban concursos de belleza en Genève-Plage, en la orilla izquierda”, resume Bernard Lescaze, quien describe el auge de una “civilización del recreo y del agua”.

Nadar a unos pasos de su casa, mejor que volar en avión

La inauguración de la playa de Eaux-Vives, cuya proyección se inició antes de la emergencia climática, llega en un momento clave del desarrollo de las ciudades. “Además, será necesaria otra playa en otro lugar para responder a las desigualdades sociales y al calentamiento global”, considera Marcellin Barthassat. Este arquitecto subraya la necesidad de acondicionar espacios públicos en las ciudades para evitar los viajes al otro lado del mundo. “La reordenación urbana es uno de los mayores desafíos del crecimiento de las ciudades. Por otra parte, es un hecho que el número de jóvenes que se sacan el carné de conducir disminuye y que la digitalización produce un cambio en la movilidad.”

De hecho, Ginebra ha recorrido un largo camino, recuerda Franck Pidoux, quien cree que la situación dio un giro a partir de un referendo convocado en 1987 para salvar los Bains des Pâquis, destinados a ser destruidos. “En los años sesenta, setenta y ochenta, el lago estaba muy sucio. La gente se bañaba en las piscinas. La situación fue evolucionando hasta que se consiguió un agua de excelente calidad, que atrae a una multitud cada vez mayor, en una ciudad que debe responder a la demanda popular.”

Una relación más distendida con el agua en el norte

Parece que en la Suiza de habla alemana la relación con el agua es “más directa y distendida”, opina Marcellin Barthassat. El arquitecto menciona trabajos de renaturalización realizados en Zúrich a orillas del río Limago y el libre acceso al lago a través de los jardines, así como los baños del Aar en Berna. En Ginebra, cientos de metros de muelles permanecen bloqueados por escolleras o muros.

Sin embargo, algunos ginebrinos opinan que la construcción de la playa de Eaux-Vives constituye un sacrilegio, en la medida en que le quita al lago cerca de dos hectáreas, con un coste global estimado en 67 millones de francos, “por una temporada de baño que va de junio a septiembre”, critica Bernard Lescaze. “Sí, se pierde un trozo del lago; pero el cantón lo compensa mejorando la riqueza de la fauna con el jardín acuático de la playa y la renaturalización de otras zonas en el cantón”, responde Franck Pidoux.

Una playa que modificará por completo la Rada

Iniciado por el ex Consejero de Estado ecologista Robert Cramer y retrasado por un recurso del WWF, el proyecto de la playa de Eaux-Vives tiene su origen en un estudio publicado en los años 1990. “El Fil du Rhône contemplaba las riberas fluviales desde la perspectiva del espacio público, con la intervención de arquitectos, ingenieros y artistas”, precisa Marcellin Barthassat. Para el político verde se trataba de responder al club náutico privado que quería crecer; de crear un acceso al agua para todos; y de reordenar los muelles mercantes de la Rada río abajo del Jet d’eau, ¡considerados anárquicos! Posteriormente, este proyecto dio lugar a un concurso de ideas sobre la Rada. El primer vencedor organizaría islotes con actividades alrededor de la Rada, de forma parecida a la ordenación realizada en los Bains des Pâquis, que favorecen el acceso al agua. ¡El segundo convertiría los accesos al lago en zona peatonal! En cualquier caso, esta parte de los muelles, un antiguo puerto, verá desaparecer sus actividades históricas, tales como la pesca o los astilleros, por lo que algunos ginebrinos se sienten desolados. “¿Quién llenará ahora este vacío? ¿Habrá que traer trabajadores sociales para animar los muelles? Aún no está decidido”, comenta Marcellin Barthassat.

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    Erich Ott, Australia 13.07.2019 At 05:16
    I hope they have solved the problem of duck-lice in the lake!
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