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  • Editorial

Cargando un ligero equipaje, pero un enorme sufrimiento

01.07.2022

Bucha, Irpín, Mariúpol… de Ucrania nos llegan dramáticas imágenes. Nos muestran el verdadero rostro de la guerra: miedo y pánico, muerte y devastación, atrocidades y expulsión. Esta guerra nos desafía a todos. Incluso cambia a Suiza, que, tras años de política restrictiva en materia de refugiados, ahora pone a prueba su cultura de bienvenida.

Marc Lettau, redactor jefe

Decenas de miles de refugiados de Ucrania que llegaron con equipaje ligero, pero cargando un enorme sufrimiento, fueron recibidos sin mayores trabas. La guerra también obliga a Suiza a cuestionarse a sí misma: ¿cómo debe comportarse en estas circunstancias un pequeño país que se considera neutral? ¿A partir de cuándo el hecho de no inmiscuirse pasa a ser indiferencia?

Cuando estalló la guerra, el Consejo Federal decidió en primera instancia que Suiza, en su calidad de país neutral, no impondría sanciones a Rusia y solo tomaría “medidas para evitar que las sanciones de otros países fueran eludidas a través de Suiza”. ¿Qué significaba esto en concreto? Nadie lo sabía a ciencia cierta.

Desde entonces, parece que Suiza actúe arrastrada por los acontecimientos. Tan solo unos pocos días después se adhirió a todas las sanciones de la UE, porque ser neutral no puede equivaler a no asumir ninguna postura, tal y como declaró Ignazio Cassis, Presidente de la Confederación. Rusia reaccionó poniendo a Suiza en la lista de “países hostiles”, si bien los lazos entre Rusia y Suiza siguen siendo amplios y opacos: el 80 por ciento del comercio ruso de materias primas pasa por Suiza y los oligarcas cercanos al Kremlin podrían tener hasta 200 000 millones de activos en Suiza.

De estos millones, los "cazadores de fondos" suizos tan solo han encontrado y congelado una ínfima parte. La Comisión de Helsinki, una organización norteamericana independiente, acusa a Suiza de ser “cómplice de Putin”: una acusación grave, que podría obligar a Suiza a revisar seriamente sus leyes contra el blanqueo de capitales.

Pero dejemos a los que se preocupan por sus miles de millones y volvamos a centrarnos en los que temen por su vida y su futuro. Hemos entrevistado a algunos refugiados en una aldea bernesa para averiguar cómo contestan esta pregunta: ¿Cómo trata Suiza a los refugiados de Ucrania?

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    Ruth Heuberger, USA 02.08.2022 At 14:33
    Thank you for a particularly absorbing issue of the April, 2022 Swiss Revue. We also enjoyed the humorous cover cartoon, although we assume the cuckoo clock is associated with the Black Forest of Germany rather than Switzerland. But that's fairly harmless.

    The article entitled A MESSIANIC LONGING FOR HUMAN HAPPINESS, however, was not trivial, notwithstanding the journalist's choice. Apparently, the author, Edmond Fleg, writer of “The Boy Prophet” chosen by Charles Linsmayer, suffered terrible personal loss owing to WWII. For years preceding and during this war, among other perversions, unimaginable atrocities and horrors were committed by Nazis and collaborators as a result of maniacal forces, and Judeophobia. Thus, if Fleg has his “central character” unable to answer “what it means to be Jewish”, and “out of sympathy” repeats a maleficent trope of his girlfriend’s Christian faith, this feature serves to perpetuate a provocative and questionable exercise and recommendation.

    Even as the question of Why Switzerland?... more than 700 years later can be successfully demonstrated, so might the question, posed by a confused character in a rather obscure book be more than adequately answered, in its moral and ethical dimensions. It is definitely readily accessible from countless reliable sources- today, as ever.

    Ruth Heuberger
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  • user
    HANS HEUBERGER, Great Barrington MA, USA 02.08.2022 At 14:29
    Thanks for the fine article on the Kunsthaus extension. However, I disagree with Zurich's mayor Corine Mauch stating that exhibiting the Buehrle collection 'is controversial, even if it hurts'.

    No, I find it is cynical. It's well understood that a significant portion of this collection was acquired under duress from Jews who desperately tried to flee from the Nazis. Why would the Zurcher Kunsthaus have anything to do with this ?

    The Buehrle Foundation could have long ago provided a museum for this collection if they wanted to.
    The Zurcher Kunsthaus extension provided the perfect respectable venue for this 'permanent loan' of a tainted collection. Besides the taxpayer is chipping in CHF 75 mio.

    HANS HEUBERGER, Great Barrington MA, USA
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