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  • Noticias del Palacio Federal

Suiza, una potencia protectora

27.08.2014 – EDA, Politische Direktion, Abteilung Amerikas

A principios de 2014, el Presidente de la Confederación, Didier Burkhalter, se reunió con el Ministro de Asuntos Exteriores de EE.UU., John Kerry, en Davos, y con el Vicepresidente, Joe Biden, en la Casa Blanca. En ambas ocasiones, los interlocutores estadounidenses agradecieron explícitamente a Suiza por su labor de potencia protectora de EE.UU. Este agradecimiento es más que una expresión de cortesía: demuestra el reconocimiento por los servicios prestados por Suiza, que reflejan nuestra fiabilidad, credibilidad y discreción.

Se denomina actividad de potencia protectora a un mandato de mediación de un país a aquella realizada cuando este país garantiza un mínimo de contactos recíprocos entre dos Estados que no mantienen relaciones diplomáticas y/o consulares entre ellos. En él se distinguen dos tipos de mandato: el «mandato de Ginebra» y el «mandato de Viena». El más bien poco frecuente «mandato de Ginebra» se basa en el derecho internacional humanitario y su misión es la correcta aplicación de las Convenciones de Ginebra de 1949 y la salvaguardia del trato adecuado de civiles, prisioneros de guerra y heridos. Las actividades de potencia protectora según el «mandato de Ginebra» suelen ser asumidas por el CICR.

Generalmente, los actuales mandatos de una potencia protectora consisten en representar intereses según lo estipulado en el «mandato de Viena». Se orientan por las relaciones diplomáticas y consulares entre dos Estados y se basan en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961, así como en la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares de 1963.

Los contenidos concretos de las actividades de una potencia protectora se dividen en función de cuestiones o bien técnico-humanitarias, o bien políticas. En el primer caso se trata principalmente de asumir tareas diplomáticas y consulares clásicas, como transmitir noticias, ocuparse de los ciudadanos, proteger la propiedad de un país representado y expedir pasaportes y visados. En la práctica, las tareas consulares son actualmente asumidas en parte por «secciones de intereses» de los Estados representados. Buen ejemplo de ello es el mandato de Suiza para EE.UU. en Cuba. Desde 1977, una sección de intereses afiliada a la embajada suiza se ocupa de los laboriosos asuntos consulares, en parte con personal estadounidense.

Políticamente, la misión de una potencia protectora consiste a menudo en mantener abierto, pese a la ruptura de las relaciones diplomáticas entre dos Estados, un discreto y fiable canal de comunicación. Una representación de intereses por parte de un tercer Estado sólo entra en vigor si  el Gobierno de la potencia protectora y los de ambos países implicados dan su consentimiento.

Una potencia protectora tiene derecho a una indemnización que cubra los gastos, otorgada por el Estado acreditante. Si las actividades consulares son efectuadas por secciones de intereses de los Estados representados, la misión de la potencia protectora no es excesivamente laboriosa. Por eso Suiza renuncia en parte al reintegro de sus mandatos en las representaciones mutuas de intereses de EE.UU. y Cuba, o de Georgia y Rusia.

Por diversas razones, Suiza asume representaciones de intereses entre Estados que han roto sus relaciones. Entre ellos está el fomento de la paz, el ofrecimiento de un canal de diálogo entre partes enfrentadas y el aumento de la seguridad de los ciudadanos de los Estados implicados.

Actualmente, Suiza tiene seis mandatos de potencia protectora:

  • EE.UU. en Cuba (desde 1961)
  • Irán en Egipto (1979)
  • EE.UU. en Irán (1980)
  • Cuba en EE.UU. (1991)
  • Rusia en Georgia (2008)
  • Georgia en Rusia (2009)

EE.UU. – Irán

El mandato suizo Swiss Protecting Power (SPP), a favor de EE.UU. en Irán, es de vital importancia. Tras la revolución iraní, la proclamación de la República Islámica y la ocupación de la embajada de EE.UU. en Teherán por estudiantes revolucionarios, seguida de la toma de rehenes (diplomáticos estadounidenses) que duró 444 días, EE.UU. rompió sus relaciones diplomáticas con Irán en abril de 1980. Como consecuencia de ello, el Gobierno de EE.UU. se dirigió al Consejo Federal para solicitar que Suiza asumiera la representación de sus intereses en Irán. El Gobierno suizo lo hizo en mayo de 1980, según lo estipulado en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, y después de que también Irán confirmara su consentimiento de que la Confederación Helvética lo asumiera.

Intereses ajenos en Teherán

Un equipo formado por diez colaboradores representa los intereses de EE.UU. en las oficinas separadas físicamente de la embajada suiza en Teherán. El contacto con la embajada sin embargo es muy estrecho, tanto en el sector administrativo como en las intervenciones políticas relacionadas con el mandato de potencia protectora. 

El trabajo consular de la sección «intereses ajenos» es comparable a las tareas de una cancillería en una representación suiza. Actualmente se atiende a unos 10.000 ciudadanos estadounidenses o con doble nacionalidad. También en el sector de la protección consular la sección se ocupa de varios ciudadanos estadounidenses y otros con doble nacionalidad residentes en Irán.

La SPP mantiene un intercambio regular con el servicio para intereses ajenos en el DFAE de Berna,  punto de inflexión en la administración federal para los contactos entre las partes implicadas, y salvaguarda la comunicación con la embajada de EE.UU. en Berna, a través de la que se realiza la mayoría de las gestiones consulares con Teherán. El mandato de potencia protectora se basa en la confianza en Suiza que tienen EE.UU. e Irán. La larga y probada labor de los servicios suizos participantes en Teherán, Washington y Berna es muy apreciada por ambos Estados.

EE-UU. – Cuba

El mandato de salvaguardia de intereses fue adjudicado a Suiza en 1961 tras la revolución cubana, que condujo al cese de las relaciones entre EE.UU. y Cuba. Suiza asumió esta función de potencia protectora en el marco de su política tradicional de buenos servicios. El 30 de mayo de 1977, EE.UU. y Cuba acordaron la apertura de secciones de intereses en La Habana y Washington y el envío de personal propio para salvaguardar las gestiones del intercambio bilateral. No obstante, la sección estadounidense de intereses en La Habana sigue bajo la protección diplomática de la Confederación y, formalmente, es parte de la embajada suiza, si bien está separada de ella físicamente.

Las actividades de la sección estadounidense de intereses en La Habana comprenden servicios consulares para los estadounidenses residentes en Cuba y actividades para la salvaguardia de intereses estadounidenses en Cuba, y de ellas se encargan cubanos, así como en menor medida personal del servicio diplomático estadounidense. Por eso, la representación suiza como potencia protectora es mayoritariamente de índole formal. En la práctica, además de los asuntos consulares se gestionan cada vez más asuntos diplomáticos de manera directa entre EE.UU. y Cuba.

A principios de abril de 1991, y a petición del Gobierno cubano, Suiza asumió asimismo la salvaguardia de los intereses de La Habana en EE.UU., hasta entonces competencia de Checoslovaquia.

Rusia – Georgia

Desde el paso del año 2008 al 2009, Suiza representa los intereses de Georgia en Rusia y de Rusia en Georgia. Tras la guerra de agosto de 2008 entre ambos países y el reconocimiento por parte de Rusia de las regiones disidentes de Georgia, Abjasia y Osetia del Sur, Georgia rompió las relaciones diplomáticas con su vecino del norte. Tras largas negociaciones, ambos Estados decidieron adjudicar a Suiza la representación de sus respectivos intereses. El papel de Suiza es muy apreciado tanto por Rusia como por Georgia.Como país que preside la OSCE en 2014, Suiza actúa de intermediaria, junto con la UE y la ONU, en las llamadas conversaciones de Ginebra sobre el conflicto de Georgia, centrándose en los asuntos clave en torno a las regiones disidentes, Abjasia y Osetia del Sur.

DFAE, Dirección Política, Departamento del continente americano

Imagen  El equipo del departamento „Fremde Interessen“ (intereses ajenos) de la embajada en Teherán: Giulio Haas (embajador), Reza Goorabi, Francine Zuchuat, Nasrin Tamadon, Nooshin Davami, Mitra Nasirpoor, Mojdeh ­Sedighi, Safoura Joorabchi y Emil Wyss

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