Aunque la ciudad de Zúrich envía mi documentación electoral a tiempo, pueden presentarse tres casos: a) no la recibo; b) la recibo demasiado tarde como para devolverla por correo a Zúrich; c) la recibo después de la votación. Hasta que se restablezca el voto electrónico, el envío a través de las embajadas me parece perfecto, aunque supondría muchísimo trabajo para la embajada en un país como Tailandia, donde viven miles de suizos.
Es muy lamentable que no se haya adoptado aún un sistema adecuado de participación política por vía electrónica: esto me priva de mi derecho y obligación de participar. Estoy convencido de que no se trata de un asunto de índole financiera o técnica, sino de una falta de voluntad colectiva para resolver un problema que no se considera urgente.
Es muy importante para nuestra democracia que el derecho de voto sea fácil de ejercer. El sistema ginebrino que usaba en cada votación era mucho más seguro que el voto postal, en el que no sabemos a ciencia cierta si nuestro sobre ha llegado sin contratiempos o no se ha perdido en algún pasillo. Es verdad que la democracia tiene un precio. Pero hay que saber si en aras de las finanzas queremos reducir el alcance de la democracia de los ciudadanos suizos.
Muchas gracias por este esclarecedor artículo. Por supuesto, la Confederación debe aportar su contribución financiera al voto electrónico. Porque a los suizos en el extranjero nos corresponde votar ante todo por cuestiones de interés nacional. Y hoy por hoy es factible crear un sistema de voto electrónico seguro, al menos igual de seguro que el voto presencial, que también puede manipularse. No seamos tan ingenuos como para creer que el voto presencial es totalmente fiable.
El voto electrónico es absolutamente indispensable para los suizos en el extranjero. Solo así podemos cerciorarnos de que nuestro voto ha sido realmente registrado. Yo lo hice varios años y nunca tuve ningún problema. Para mí, una confirmación inmediata de que mi voto ha sido registrado es mucho más importante que cualquier prueba documental.
El voto electrónico debería estar sujeto a una regulación central por parte de la Confederación; y a ésta debería corresponderle sufragar los costos para que los suizos en el extranjero podamos ejercer nuestro derecho de voto. Por lo pronto, estaría bien votar por correo a través de la embajada.
Enviar la documentación electoral por valija diplomática sería un modo realista de ayudarnos a quienes vivimos fuera de Europa. Antes de la pandemia, en el mejor de los casos la documentación llegaba una semana antes de la votación. A raíz de la pandemia, es frecuente que llegue de dos a tres semanas después de la votación.
¡Qué comentario tan pertinente y honesto de un colega suizo! Yo vivo en Nueva Zelanda y aquí logramos vencer al virus, a pesar del clamor de algunos negacionistas que retomaron las opiniones de muchos suizos y de sus líderes. Las autoridades no perdieron la cabeza y siguieron las recomendaciones de los científicos. Los virus deben tratarse como agentes infecciosos y no se puede hacer excepciones por motivos comerciales o preferencias personales. Como dice el Dr. Schneider, no es posible cuidar la salud de la fuerza laboral si se supedita a intereses comerciales.
Me sorprendí al leer este artículo, porque siempre pensé que Suiza estaba por encima de cualquier sospecha. Pero desafortunadamente, hoy hay que contar con todo. A fin de cuentas, somos todos falibles. Lo importante es reconocer sus errores y hacerlo mejor la próxima vez.
Gracias por este artículo. Este hombre posee gran lucidez. No tengo por qué juzgar la elección que cada país hace en la gestión del virus; la vida de cada quien debe seguir siendo la prioridad.
La edición de abril de Panorama Suizo me pareció excelente. Todos los artículos trataban temas de actualidad, con una argumentación neutral y un estilo convincente. La selección de temas mostraba claramente que la Suiza crítica ya no quiere ni tiene por qué esconderse.
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