El segundo pilar adolece de los mismos problemas que el primero: el aumento de la esperanza de vida plantea un problema de financiación, que se ve agravado por los bajos tipos de interés. Las instituciones de previsión no obtienen intereses lo suficientemente elevados como para transformar a largo plazo el saldo para la vejez de los asegurados en pensiones equivalentes a las actuales. Se perfila por lo tanto un nuevo debate de gran complejidad, y no se sabe a ciencia cierta cuándo tendrá lugar una “revisión para las mujeres” o, incluso, si esta llegará a producirse.
Las copresidentas de “Alliance F” rechazan la acusación según la cual la mayor proporción de mujeres en el Parlamento desde las elecciones de 2019 no habría conseguido nada. A modo de ejemplo, mencionan la sesión de mujeres organizada en otoño de 2021, que llevó al Parlamento dos docenas de peticiones. Asimismo, recalcan que las mujeres ejercieron gran influencia en el debate de otros asuntos parlamentarios: la tributación individual, la financiación de los servicios de guardería, la revisión del derecho penal de delitos sexuales, el matrimonio para todos con acceso a la medicina reproductiva, la financiación de un programa para la prevención de la violencia doméstica. Los grandes retos, afirma Maya Graf en el Aargauer Zeitung, se están atendiendo; y entre ellos, la reforma de la PPO.
Edad de jubilación de las mujeres
No es la primera vez que la edad de jubilación de las mujeres es el principal motivo de discordia en una reforma del SVS. En 1948, cuando se introdujo el SVS, esta edad se fijó en 65 años, tanto para mujeres como para hombres. El hecho de que en 1957 el Parlamento la rebajara unilateralmente a 63, y en 1964 a 62 años, refleja, desde la perspectiva actual, un patrón de roles obsoleto: las mujeres son más propensas a enfermar, su fuerza se agota antes… argumentaban los cromañones de aquel entonces. Para el “Tages Anzeiger”, se trataba de una “demostración de fuerza patriarcal” para que la esposa, a menudo un poco más joven, volviera a estar en el hogar y en la cocina a tiempo cuando su marido se jubilara. En cualquier caso, la edad de jubilación de las mujeres se elevó en 2001 a 63, y luego, en 2005, a 64 años. Tres intentos más de nivelación fracasaron en las urnas o, incluso, ya en el Parlamento. En este caso, a la cuarta va la vencida: desde el 25 de septiembre de 2022, la edad vuelve a ser de 65 años para ambos sexos.
Los tres pilares de la previsión para la jubilación
Actualmente, la pensión máxima del SVS asciende a 2 390 francos por mes y persona, y la mínima a 1 195, en la mayoría de los casos. La pensión del SVS por sí sola no basta para vivir en Suiza. Para ello se requieren dos pilares más. Además de la previsión estatal del SVS y de las prestaciones complementarias (1.er pilar), desde 1985 existe la previsión profesional mediante las cajas de pensiones (2.° pilar); y desde 1987, la previsión privada regulada por el Estado (3.er pilar). Este principio de los tres pilares apunta a que se pueda conservar el nivel de vida habitual durante la vejez.
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