Suiza es un pueblo de inquilinos –y también de vecinos ruidosos: de acuerdo con la encuesta Homegate 2020, a 49 de cada 100 inquilinos les molesta el ruido de sus vecinos. Muy típico del país es el segundo motivo de disputa, por orden de importancia: el uso compartido del cuarto de lavandería, según declararon 18 de cada 100 encuestados. Sobre este tema existe incluso literatura suiza: “Der Waschküchenschlüssel” [“La llave del cuarto de lavandería”], Hugo Loetscher, 1998, Diogenes Verlag.
¡Nada como la caminata para olvidarse de los molestos vecinos! Este año muchos suizos han descubierto la red de senderos. Su longitud es de 65000 kilómetros. Si todos los habitantes del país los usaran al mismo tiempo en fila india, podrían mantener entre sí una distancia de más de siete metros. ¡Qué mejor manera de cumplir la distancia social por el coronavirus!
Hablando de vacaciones. Schweiz Tourismus presentó en julio un nuevo récord: 39,6 millones de pernoctaciones en hoteles suizos. Pero la estadística no es actual: son cifras de 2019. Este año, en cambio, debido al coronavirus la temporada vacacional registrará un récord negativo para los hoteleros.
Hablando del coronavirus. Actualmente, el virus se refleja en todas las cifras. Un ejemplo: ¿cuántas empresas suizas (incluidas las de nueva creación) resultaron afectadas por la pandemia? Según la Escuela Superior de Ciencias Aplicadas de Berna, el 99 %; un 11 % incluso podría quebrar.
Hablando de empresas: un producto suizo de gran éxito es el Robidog, patentado en 1981. Este recipiente para los excrementos de perros contiene un rollo de bolsas plásticas integrado. En Suiza existen casi 40 000 unidades. La tendencia va a la baja: cada vez más, los excrementos se eliminan de forma discreta cuando no está ningún Robidog a la vista: habrá servido para educar a los dueños de los perros.
Imagen: Un invento suizo que se abrió terreno: el servicio para perros Robidog. Aquí un ejemplar en un sendero cerca de Vals (Grisones). Foto Keystone
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