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  • Sociedad

¿Eutanasia para ancianos “cansados de vivir”?

11.12.2014 – Susanne Wenger

Hoy en día, Suiza ya es bastante liberal en lo relativo a la eutanasia. Ahora se discute la aprobación de una forma simplificada de suicidio para ancianos. Hechos y opiniones sobre un tema delicado.

A los 91 años, Heinrich Oswald se quitó la vida voluntariamente con ayuda de la organización de asistencia al suicidio Exit, en su casa del cantón de Zúrich, y en presencia de sus dos hijos. El año anterior a su suicidio estaba cada vez más débil y delicado. Y si bien seguía viviendo en su propia casa, sufrió dos caídas graves, necesitaba cuidados y el médico le dijo que no podría ya vivir sin una sonda vesical. “Tras la segunda caída, nuestro padre tuvo más clara su decisión de que ya había llegado la hora”, cuenta Ueli Oswald, uno de sus hijos. Su padre, conocido jefe de una empresa y reformista del ejército, tenía mucho miedo a depender de alguien. Ueli Oswald escribió en 2009 un libro sobre el suicidio de su anciano padre, y subrayó que éste siempre había insistido en que no estaba cansado de vivir, sino  “harto de vivir”. 

Morir cuando uno ya está harto. Este tipo de suicidios por balance son los que quiere agilizar la mayor organización Suiza en favor de la eutanasia, Exit Deutsche Schweiz. La primavera pasada la Asamblea General aprobó un cambio de los estatutos, inscribiendo en sus metas la asistencia al suicidio de los ancianos. Hasta entonces, Exit brindaba asistencia al suicidio sobre todo a gente con enfermedades incurables y degenerativas, la mayoría de las veces se trataba de cáncer. El requisito imprescindible es disponer de una receta médica para un medicamento letal, un barbitúrico. 

No obstante, en el 20% de los casos de suicidio asistido por Exit no se trata de gente con enfermedades terminales, sino de ancianos con numerosos achaques. Ya no ven ni oyen bien, tienen dolores, sufren incontinencia, tienen poca movilidad y están agotados. En el futuro “se quiere facilitar” a las personas mayores que quieran morir el “acceso” a un medicamento letal. Un grupo de ancianos correligionarios socios de Exit que luchan por esta meta con especial vehemencia escribe que la autodeterminación es un derecho humano vigente “hasta el final”. 

No tener que suplicar una “muerte digna”

“La iniciativa en favor del suicidio asistido para ancianos es una reivindicación del pueblo suizo”, dice Bernhard Sutter, Vicepresidente y portavoz de Exit. A muchos ancianos no les parece bien que un nonagenario tenga que suplicar una “muerte digna”. Pero Exit no explica cómo reducir concretamente los obstáculos: “Esto debe regularlo la legislación”. Exit tampoco toma posiciones sobre la pregunta de a partir de qué edad debería facilitarse el acceso al suicidio asistido: “Cómo se siente uno en la vejez es algo muy personal”, dice el Vicepresidente, porque hay gente de 80 y 90 años con achaques ya muy invalidantes. Y añade que la muerte no se puede regular con categorías estrictas: “Eso es algo que sólo el afectado puede decidir, según sus sensaciones subjetivas”. 

Suiza cuenta con una reglamentación liberal de la eutanasia. Desde hace más de 60 años se permite el suicidio asistido, siempre y cuando no haya intereses de por medio. Y si bien hubo y sigue habiendo críticas por parte de círculos eclesiásticos y médicos, que apuntan al hecho de que existen cuidados paliativos para mitigar el dolor, reina un amplio consenso de que debería ser posible quitarse la vida humanamente cuando el sufrimiento es irresistible. En 2011, el Consejo Federal rechazó los planes originales de limitar o prohibir el suicidio asistido organizado. Se argumentaba que la legislación vigente bastaba para luchar contra los abusos. Pero con vistas al suicidio de ancianos, el debate ha vuelto a cobrar actualidad. Las facilidades a las que aspira Exit requerirán previsiblemente enmiendas. Voces disuasorias de Exit temen asimismo que al final la ofensiva no conduzca a una mayor liberalización, sino por el contrario a una reglamentación más restrictiva de la eutanasia.

“Problemática señal”

Los médicos se ven sometidos a una dura prueba. Conforme a su código deontológico sólo pueden dar el medicamento letal a pacientes en la fase terminal de una enfermedad grave. “Ahora Exit se mete en un terreno pantanoso en el que se pretende justificar la ayuda médica para suicidarse en todo tipo de casos de personas que están cansadas de vivir y quieren morir. Soy muy escéptico al respecto”, dice el geriatra zuriqués Daniel Grob en una entrevista con el “Tages-Anzeiger”. En vez de extender inmediatamente una receta para el medicamento letal, se trata de escuchar atentamente lo que se esconde realmente tras el deseo de morir de los ancianos. Varios geriatras opinan que puede tratarse de la manifestación de una depresión. El entorno atribuye erróneamente a la edad el aislamiento social y la falta de motivación. Pero si se tratara la depresión, los afectados también volverían a sentirse mejor.

El gerontólogo y teólogo Heinz Rüeg­ger, de la fundación “Obra diacónica Neumünster – Escuela Suiza de Auxiliares de Enfermería”, que cuenta con un hospital y varias residencias asistidas en el cantón de Zúrich, teme las repercusiones sociales negativas. Rüegger, él mismo socio de Exit, está en favor del derecho de cada individuo a acabar con su vida. “Pero facilitar el suicidio de los ancianos podría ejercer una sutil presión sobre la gente mayor de no ser una carga para nadie”, dice este experto en ética. Ya hoy en día la necesidad de recibir cuidados especiales se considera una cuestión económica en primer lugar. La gente tiene miedo de perder su autonomía en la vejez y padecer demencia. Recalca que la edad avanzada tiene connotaciones negativas. En medio de este clima, Exit transmite “una problemática señal”, dice Rüegger.

Sociedad “longeva”

Los suizos viven cada vez más largo. Los estadísticos pronostican un aumento de las expectativas de vida especialmente rápido en el caso de los mayores de 80 años. Y en nuestra “sociedad longeva” necesitamos otra filosofía del envejecimiento, dice Rüegger. “Forma parte de nuestra vida depender una y otra vez de los demás”. Y añade que esto no es humillante sino normal. Disfrutar de la vida hasta que ya no se pueda, después suicidarse limpiamente desde el punto de vista clínico, sirviéndose de la autodeterminación es una imagen positiva presentada por algunos partidarios del suicidio de ancianos de la que no se fía este científico, porque así el suicidio se presenta “prácticamente como el último acto de una cura de balneario”. Pero también morir de otra forma es morir dignamente, dice Rüegger. Y hay que tratar de volver a integrar en los proyectos de vida experiencias límite y déficits.

Una de las preguntas que surgen es: ¿Explota Exit el miedo a envejecer? ¿Se presiona a los ancianos a partir a tiempo y de forma socialmente sostenible? El Vicepresidente, Bernhard ­Sutter, objeta que “un nonagenario, un paciente que sufre mucho, no tiene miedo a envejecer porque es viejo desde hace muchos años. Pero quiere acortar su sufrimiento, que quizá podría durar aún meses o años”. Y explica que Exit no quiere ampliar el círculo de suicidios asistidos o cambiar los criterios para los mismos: “Simplemente se trata de que una persona muy anciana necesite, por ejemplo, menos entrevistas con el médico para justificar su decisión que una persona de 65 años”. Asegura que también en el futuro se harán cuidadosas aclaraciones, para averiguar si los que quieren morir se sienten presionados. En caso de que ese sea el caso, Exit no está dispuesta a asistir a un suicidio así, porque de otro modo el que asiste cometería un delito.

Los riesgos de una ampliación de los motivos aceptables para un suicidio asistido deben tomarse en serio, dice el autor Ueli Oswald, cuyo padre se suicidó con ayuda de Exit, pero al fin y al cabo debe tratarse de una decisión individual: “En lo más profundo de su ser, lo que mi padre quería era morir.” La familia pudo estar presente en los últimos momentos de su vida y despedirse de él. Si su padre se hubiera lanzado a escondidas a las vías del tren o se hubiera pegado un tiro, la cosa habría sido muy distinta: “Pero así el proceso fue muy apacible; lo pude ver”.

Susanne Wenger es periodista independiente y vive en Berna.

La eutanasia en Suiza

En Suiza hay varias organizaciones de suicidio asistido. Con unos 75.000 socios, Exit Deutsche Schweiz es la mayor, y se limita a asistir a personas domiciliadas en Suiza o de nacionalidad suiza. En raros casos, Exit asiste a suizos en el extranjero, dice el portavoz, Bernhard Sutter. En esos casos se trata principalmente de socios de Exit que han emigrado tras la jubilación y enferman repentinamente de cáncer. En 2013, Exit Deutsche Schweiz asistió 459 suicidios; en 2012 fueron 356. Cada caso es investigado por la policía y la fiscalía. A diferencia de Exit, la organización suiza Dignitas también asiste suicidios de extranjeros. Según un estudio de la Universidad de Zúrich, el turismo de suicidas que acuden a Suiza está en aumento.

Imagen  ¡Hágase mi voluntad! es el lema de un creciente número de ancianos refiriéndose a la muerte.

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    Roland 31.01.2015 At 18:45
    Aucun être humain, aucun vivant, ne choisi d'exister pour son temps plus ou moins long de "vie".Tous les vivants existent par une semence et la croissance qui en résulte. Toute semence est un prodige! Notre corps, fait de poussière et d'eau semble être un "récipient" d'une réalité,programmée par un code extrêmement complexe, qui fait de nous les originaux que nous sommes parmi les vivants.Notre "figure", photos à l'appui, change et se transforme, au fil du temps.Il reste un cercueil, une tombe, une urne, de la cendre... Exit? Oui sortir! S'en aller! Vers où? Vers quoi? J'aime le jardinage: la semence qui je mets en terre grande ou minuscule et une mémoire vive, plus complexe que mon celle de mon ordinateur.Je suis aussi aumônier dans de nombreuses maisons de retraite depuis environ 30 ans. Je n'oublierai pas les innombrables remerciements des personnes diminuées, malades, souffrantes; leurs regards reconnaissants, parce qu'elles voulaient être accompagnées vers la Vie et non vers la mort - vers ce qui est le plus important à venir et non vers l'absurde.
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    Ralph de Vries/Witzig 06.01.2015 At 21:40
    As far as I have read in all these comments mentioned above, I understand, one has to b e a member of exit, is this true ?
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    Ralph de Vries/Witzig 06.01.2015 At 21:38
    What is necessary to become a member of exit ??
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    Gul Neftci 31.12.2014 At 08:12
    I am glad I have an opportunity to die in my old age in the future I always think if I am sick and people helping me to continue living, than I will ask for suicide. I live in UK and helping to suiside is prohibited.
    I'm Lucky that I am Swiss.
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    Patricia Morand 29.12.2014 At 16:24
    Tant de personnes mettent fin a leur jour sans Exit ou autres organisations similaires. Ces personnes, bien souvent, ne reussissent pas leur depart du premier coup. D autres restent handicapees a vie avec des problemes de sante encore plus grands qu auparavant... D autres souffrent une mort lente, de terribles heures, ou jours, ou semaines, avant de mourir. L assistance au suicide de personnes au bout du rouleau / qui de toutes facons decideraient de mettre fin a leur jour / est un bien.
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    Eugen Orler 28.12.2014 At 16:15
    Die Kommentare durchgehend ist es ersichtlich dass eine Mehrheit sich im Ernstfall einen “erleichterten Tod” wünscht. Man kann das nachfühlen, ist es doch heute möglich lange halbtod an medizintechnischen Apparaten zu hängen ohne jeden Einfluss auf den Gang der Dinge die dann notgedrungen den Angehörigen und Ärzten überlassen sind. Wir sollten uns weniger scheuen diese “technische Schwarze Magie” abzuschalten auch wenn der Verdacht dies sei eine kostenbedingte Lösung erwacht. Es wird ja in den meissten Fällen früher oder später doch so sein.

    Aus Ignoranz sieht eine Mehrheit der Menschen den Tod als Feind an, anstatt ihn als den lebensbegleitenden Freund zu achten der uns zu sich holt wenn unsere Zeit hier abgelaufen ist. Leben und Tod sind ein dualistisches Paar und deshalb unzertrennlich. Wir kaufen dieses Los mit dem Leben selbst. Aber da ja das Leben selbst endlich ist, kann auch der Tod nicht ewig sein. Das Thema der Wiedergeburt ist ja auch deshalb immer aktuell und bei genauerer Analyse die einzig fernünftige Antwort auf die vielen unbeantworteten Fragen die das Leben und den Tod betreffen.
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    Roland 28.12.2014 At 07:46
    Ich lebe als Auslandschweizer in Hawaii, bin Exit-Mitglied auf Lebenszeit seit ich etwa 30 bin. Obwohl kerngesund, hat mich die Frage, nicht des Todes, wohl aber des Sterbens stets beschäftigt. Die Grundgedanken von Exit habe ich hier auch in einen Trust einfliessen lassen, was mein Anwalt eigentlich ohne Probleme mit dem hiesigen Recht hat vereinbaren können.

    Für mich ist es absolut unverständlich, dass ein Mensch in einer liberalen, säkularen Gesellschaft um seinen eigenen Tod betteln muss. Pflegebedürftigen geht es meistens nicht so sehr darum, anderen nicht zur Last zu fallen. Mancher alte Mensch, der sein Leben lang gearbeitet hat, könnte leicht für sich in Anspruch nehmen, sich nun von anderen umsorgen und pflegen zu lassen und somit anderen zur Last zu fallen. Es geht doch vorab darum, dass diese Menschen nicht mehr s i c h s e l b e r zur Last fallen wollen.

    Ich fände es auch angebracht die Terminologie zu präzisieren. Suizid, Selbstmord ist ein Schritt aus Verzweiflung, der auch bei Hinterbliebenen Verzweiflung und Schuldgefühle zurücklässt. (Ich weiss aus bitterer Erfahrung wovon ich rede.) Freitod ist ein stolzer, autonomer Schritt, den zu tun ein jeder das Recht haben müsste. Sollte ich einmal in der Situation sein, diesen Schritt tun wollen, möchte ich mich nicht Ärzten, Richtern und schon gar nicht von Pfaffen daran hindern lassen. Alle diese wohlmeinenden Leute können und wollen nicht verstehen, dass das höchste Rechtsgut, der Schutz des Lebens, sich für Menschen in bestimmten Lebenslagen gegen sie richtet.
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      Alicia 28.12.2014 At 15:35
      well said.let's hope the world finally wakes up!
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    Mantissa 27.12.2014 At 20:13
    I live in Canada, where assisted suicid is prohibited.
    Luckily I have Swiss Citizenship and was able to join
    Exit as a member. It gives me great consolation to know
    that I can chose my quality of live in my old age. Most of
    old poeple live in plain misery. The impotance is that this is discussed with your family and your doctor. Unfortunaltely religion tries to interfere in poeples life and death decisions. I'm proud that most Suisse
    poeple are broad sighted.
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    ilona philips 22.12.2014 At 02:11
    Oui et non, ou plutot NON et oui... cette nouveaute de decider quand notre vie va finir ouvre des portes inconnues quant aux consequences imprevisibles... deja ca va a l'encontre de toutes donnees culturelles et conservatrices connues jusqu'a nos jours... comme par example le mariage entre homosexuels va a l'encontre de la foundation de la civilization humaine. Et si le lecteur s'offusque de mes commentaires, franchement je m'en fiche pas mal. Table ouverte, non? Mon probleme avec ce laxisme est, ou est la limite? la souffrance possible de la personne en question qui veut mettre fin a sa vie... pour qu'elle ne soit plus un fardeau... ou alors les heritiers qui decident que 'le vieux, la vieille' a assez vecu et a notre tour de profiter... ou est la limite? Vous dites, enquête de la police et du ministère public, OK, mais le gouvernement aussi profiterait d'une certaine maniere, plus de prestations a payer pour les vieux qui sont une charge fiscal... Il faudrait aussi, bien sur, considerer la question religieuse, et je ne vois nulle part un debat a ce sujet. Pourquoi pas? La Suisse est-elle trop seculaire?
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      Marc G. Miller 23.12.2014 At 01:10
      Jede Entscheidung die wir treffen hat immer einen grossen Einfluss auf unser Umfeld (Familie, Freunde und Bekannte).
      Darum reden wir auch miteinander, lassen uns beraten, geben vertrauten Menschen die Möglichkeit uns zu beeinflussen. Wir wollen den Input derer, die uns lieben.
      Aber am Schluss treffen wir die Entscheidung, was wir machen wollen selber.
      Der Staat gibt mir diese Freiheiten, solange ich meinen Mitmenschen nicht schade.
      Ich bin frei zu wohnen, wo ich will, die Karriere zu verfolgen, die ich will, den Lebenspartner zu wählen, den ich will, etc.
      Warum habe ich diese Freiheit vom Staat nicht, wenn es um MEIN Leben geht?
      Natürlich braucht der Staat eine Verwaltung obiger Freiheiten; darum gehen wir auch aufs Einwohneramt, wenn wir umziehen wollen und füllen einige Formulare aus.
      Das wesentliche dabei ist, dass der Staat mir keine Hindernisse in den Weg legt, die es schwierig machen an einen andern Ort umzuziehen.
      Warum kann ich nicht aufs Einwohneramt gehen und sagen: "Ich möchte umziehen. - Diesmal aber ganz weg von dieser Welt. Können Sie mir zeigen welche Formulare ich ausfüllen muss, damit ich das in die Wege leiten kann?
      Danke."
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      Beat Aeschlimann 25.12.2014 At 16:04
      Madame, voilà exactement le type de commentaire plein de bonne intention, qui se veut réfléchi, mais qui montre simplement toutes les peurs que la fin de vie peut susciter et comme trop souvent, basé sur un point de vue occidental qui se croit en connaissance des moeurs dans les autres sociétés, ce qui depuis longtemps n'est pas le cas. Au contraire de ce que vous affirmé, dans certaines sociétés Amérindiennes un vieux se retire pour mourir, et cela n'est pas considérer comme une lâcheté ou faiblesse, mais bien au contraire une prise de responsabilité individuelle qui est respectée. Mais il est vrais que ce sont là des exemple de société qui cultive depuis l'enfance cette notion individuelle de responsabilité tout en ayant une conscience élevée de l'implication collective. Ce qui donne des individus solides mentalement, qui affronte avec une conscience certainement plus claire et bien souvent plus courageuse ce que nous nommons la vie et son pendant, la mort. Vous parlez de laxisme ... et au nom de cette constatation vous voudriez que la liberté individuelle soit soumise aux peurs collectives si largement répandue ? Comment vous dire? Oui puisque nous avons construit en ce monde occidental si prétentieux une mentalité collectives tellement faible à travers nos fuites devenues habituelles, et assumées qui sont : mensonges, cachotteries, vérités falsifiées, manipulations des informations et j'en passe. Dommage, mais je souhaiterais comme bien d'autres, de pouvoir me considérer comme un adulte responsable, j'ai 67 ans, et décider pour moi-même autant que possible de ce que je veux faire de ma vie, et si possible également de pouvoir le faire avec décence et respect, ce que souhaiterait me semble t'il, les quelques organismes dont il est question dans cet article.
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    Verena Kaplan 20.12.2014 At 18:39
    Sehr oft ist es nicht Krankheit, die die alten Menschen zum suicide treiben, es ist finanzielle Verzweiflung. Die
    Steuergesetze in der Schweiz gegenueber alten Leuten, sind
    unmeschlich. Die alten Leute, die sich waehrend der Arbeitsphase eine Wohnung, oder ein Haus erspart haben, koennen die Eigenmietwert- Steuer ohne regelmaessiges Einkommen nicht mehr bezahlen.Wenn dann die Ersparnisse zu ende gehen, bleibt, um der Erniedrigung aus dem Weg zu gehen, nur suicide.
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    Stefanie Sollberger 17.12.2014 At 22:34
    Der Schritt aus dem Leben zu scheiden ist definitiv. Das wissen die Betroffenen genau. Entsprechend ernst muss man diesen Wunsch nehmen, wenn er geäussert wird. Das erfolgt nie leichtfertig. Solange jemand zurechnungsfähig ist, gebietet es der Respekt gegenüber dem Mitmenschen, diesen letzten Wunsch zu repektieren, selbst wenn man meint, man würde für sich selber anders entscheiden. In einer derart höchstpersönlichen Frage darf man seine eigene (religiöse oder weltanschauliche) Überzeugung nicht zur Bevormundung der Mitmenschen missbrauchen.

    Niemand wird zu irgend etwas gezwungen, auch nicht ein begleitender Arzt. Hingegen werden alte Menschen zunehmend bevormundet, gerade auch von der Gesundheits- und Altersindustrie. Das kann bis zur Entwürdigung gehen. Wer sich dem entziehen möchte, braucht Unterstützung, von Vertrauenspersonen regelmässig, und vielleicht dann auch einmal von einer Sterbehilfeorganisation. Diese konkrete Unterstützung sind wir diesen Menschen schuldig, aus Liebe, Respekt und Menschlichkeit. Dem gegenüber haben abstrakte gesellschaftspolitische Vorstellungen zurückzutreten.
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